VI
Lo Que Se Tiene
Hay un eclipse en mi compañía
Como una llama sin lumbre,
Hay un altar a mi agonía
Venerarla se me ha hecho costumbre.
Lejos, más lejos de mis prójimos
Donde no habitan ni las luces
Hermandad de los demonios
Regalándome sus cruces.
Un silencio escondido entre mis letras
Susurrando lo solo que me siento,
Una mariposa como un bar de marionetas,
Suspirando a cada segundo que despierto.
Me siento llevar por una agonía intangible
Parecida a la fe torpe que no tengo
Llevo una pesadez insostenible,
Y la muerte no me encuentra, sigo huyendo.
Hay melancolía en mi mirada de cenit,
De atardecer se ha manchado mi alba
No recuerdo las palabras que escribí
Mi existencia tendida sobre esta cama.
Hay párrafos inconclusos en mi epitafio,
Corazones destrozados bajo el reflector,
La marcha fúnebre, el último adagio,
Palpitando intermitente en el monitor.
Tengo corazas contra toda catástrofe
Máscaras de hierro, de buenas costumbres,
Trajes sastre para comerciar con la fe,
Y un buffet de incautas podredumbres.
Hay esperma brotando de la pared abandonada
Deslizándose entre las cavidades del recuerdo
Olor a tardes y a encuentros de mañana
Sábanas sucias donde a veces me pierdo.
Simulacros de lo que nunca podría pasar
Van robándose los suspiros de mi vida
Atrapado en donde no suelo estar,
Voy sintiendo ya la negra despedida.
Un velo negro, una mano de hueso
La hoz afilada, el rostro desecho
Compañera de infierno, amiga de sueños
Esta mi muerte, que es lo único que tengo.
Lo Que Se Tiene
Hay un eclipse en mi compañía
Como una llama sin lumbre,
Hay un altar a mi agonía
Venerarla se me ha hecho costumbre.
Lejos, más lejos de mis prójimos
Donde no habitan ni las luces
Hermandad de los demonios
Regalándome sus cruces.
Un silencio escondido entre mis letras
Susurrando lo solo que me siento,
Una mariposa como un bar de marionetas,
Suspirando a cada segundo que despierto.
Me siento llevar por una agonía intangible
Parecida a la fe torpe que no tengo
Llevo una pesadez insostenible,
Y la muerte no me encuentra, sigo huyendo.
Hay melancolía en mi mirada de cenit,
De atardecer se ha manchado mi alba
No recuerdo las palabras que escribí
Mi existencia tendida sobre esta cama.
Hay párrafos inconclusos en mi epitafio,
Corazones destrozados bajo el reflector,
La marcha fúnebre, el último adagio,
Palpitando intermitente en el monitor.
Tengo corazas contra toda catástrofe
Máscaras de hierro, de buenas costumbres,
Trajes sastre para comerciar con la fe,
Y un buffet de incautas podredumbres.
Hay esperma brotando de la pared abandonada
Deslizándose entre las cavidades del recuerdo
Olor a tardes y a encuentros de mañana
Sábanas sucias donde a veces me pierdo.
Simulacros de lo que nunca podría pasar
Van robándose los suspiros de mi vida
Atrapado en donde no suelo estar,
Voy sintiendo ya la negra despedida.
Un velo negro, una mano de hueso
La hoz afilada, el rostro desecho
Compañera de infierno, amiga de sueños
Esta mi muerte, que es lo único que tengo.
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