Ese maldito Yo es uno de los libros más lucidos en determinado nivel de profunda dejación que el escritor Rumano Emil Michelle Ciorán ha creado. Es tám sólo un conjunto de aforismos sin temas predominantes salvo el yo, un yo maldito como todo lo que respira, probablemente porque, como reza algún aforismo de este libro, si el hombe olvida contanta facilidad que es un ser maldito, es porque lo es de siempre... Es una profunda revelacíón de aquel hombre que siempre se sintió en profunda aberción de su contemporaniedad, un pos-modernista que desvaloraba los sistemas arcaicos del pensamiento moderno, un hombre que murió en la locura, como sólo los grandes hombres saben morir.
¿Cómo saber si es convicción o capricho?
No se puede distinguir una de la otra en el pensamiento moderno, toda convicción inicialmente debe surgir de un capricho, pues es a su vez resultado de cualquier idea profunda, arraigada que llega a la irracionalidad.
Ciorán dejó el mundo en 1995 y sus últimos pensamientos quedán plasmados en un aforismo cruel y certero... Después de todo, yo tampoco he perdido el tiempo, yo también me he zangoloteado como todo hijo de vecino en este universo descabellado...
El resto es silencio.... Aquí les dejo mis 20 aforismos diferentes acomodados de manera aleatoria...
1.- El hombre es libre, salvo en lo que posee de más profundo. En la superficie, hace lo que quiere; en sus capas más oscuras, <> es un vocablo sin sentido.
2.- Soy un cobarde, no puedo soportar el sufrimiento de ser feliz.
3.- La tiranía destruye o fortalece al individuo; la libertad lo debilita y lo convierte en un fantoche. El hombre tien más posibilidades de salvarse a través del infierno que del paraíso.
4.- No se habita un país, se habita una lengua. Una patria es eso y nada más.
5.- No deberíamos molestar a nuestros amigos más que para nuestro entierr... y aún así...
6.- La crítica es un contrasentido: no hay que leer comprender a los demás, sino para comprenderse a sí mismo.
7.- Si no poseo el gusto del misterio es porque todo me parece inexplicable, o mejor dicho, porque lo inexplicable es mi único sustento y estpy harto de él.
8.- Cuanto más se detestá a los hombres más madura se está para Dios, para un diálogo con nadie.
9.- Amar al prójimo es algo inconcebible ¿Acaso se le pide a un virus que ame a otro virus?
10.- El hecho de que la vida no tenga ningún sentido es una razón para vivir, la única en realidad.
11.- El medio más seguro de no perder la razón... recordar que todo es irreal y lo seguirá siendo.
12.- Muriendo nos convertimos en los dueños del mundo.
13.- Si prefiero las mujeres a los hombres es porque ellas tienen la ventaja de ser más desequilibradas, es decir, más complicadas, más perspicaces y más cínicas, por no hablar de esa misteriosa superioridad que confiere una esclavitud milenaria.
14.- Si me hubiera dejado llevar por mis impulsos habría terminado loco o ahorcado.
15.- La música es una ilusión que compensa todas las demás.
16.- Se necesita una inmensa humildad para morir. Lo raro es que todo mundo la posea.
17.- Ningún instante en el que no me asombre de encontrarme precisamente en él.
18.- Todo el mundo me exaspera, pero me gusta reír, y no puedo reír solo.
19.- Todo se pervirtió el día que la literatura dejó de ser anónima. La decadencia se remonta al primer autor.
20.- Si las relaciones entre los seres humanos son tan díficiles es porque el ser humano ha sido creado para romperse la cara no para "relaciones".
1 comentario:
¿Morir de locura, como sólo los grandes hombres saben morir? Vaya paradojas autogoleras en las que recae amigo. Aunque me sonó más a un perifoliado JoseAlfredianismo que a una verdad totalizante. No sé, al menos en mi caso. Se habla tan bonito de la desdicha vista desde afuera, que cuando se recae en ella, sólo se puede reír uno de lo pendejo que era en el pasado, al abrir tanto la boca y acercarse al artificial fogón del anafre, para hacerse el valiente enfrente de la muchachada. Pero bueno, así fuimos todos en algún momento, y porqué no permitirnos el lujo de alardear en esa forma cuando algunos corean temas reggeatoneros, u otros siguen pensando que existe la democracia. Prefiero esto, creo.
Ahora bien, el legado de Ciorán, como ya lo apuntas, es de una megalomaniaca valía. En esos aforismos que nos dejas, se entiende perfecto el porqué de los domingos con olor a letrina, el porqué de aquella gente que perdió en algún lugar las baterías y aún así camina, sin saber para qué, o para dónde. Sólo un hombre que ha muerto tantas veces, podría haber dejado un testamento de este calibre. Bienaventurados sean los que saben cerrar los ojos ante la desdicha.
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