LISBON REVISITED
No: no quiero nada.
Ya os he dicho que no quiero nada.
¡No me vengáis con conclusiones!
La única conclusión es morir.
¡No me traigáis estéticas!
¡No me habléis de moral!
¡Llevaos de aquí la metafísica!
¡No pregonéis sistemas completos, no aliniés ante mí las
conquistas
de las ciencias (de las ciencias, Dios mío, de las ciencias)
- de las ciencias, de las artes, de la civilización moderna! -
¿Qué mal he hecho yo a todos los dioses?
Si tienen la verdad, ¡que se la guarden!
Soy un técnico, pero con técnica sólo dentro de la técnica.
Esto parte, soy loco, y con todo el derecho a serlo.
Con todo el derecho a serlo, ¿habéis oído?
¡No me incordiéis ya más, por el amor de Dios!
¿Me querríais casado, fútil, cotidiano y tributable?
¿O acaso lo contrario? ¿O lo contrario de cualquier otra cosa?
Si fuera otra persona os podría complacer a todos.
Así, tal como soy, ¡resignación!
¡Id al diablo sin mí,
o dejad que me vaya solo al diablo!
Ir juntos, ¿para qué?
¡No me agarréis del brazo!
No me gusta que me agarren el brazo. Quiero estar conmigo a solas.
Lo repito: ¡conmigo a solas!
¡Qué gran incordio, pretender que sea de la compañía!
¡Oh cielo azul -el mismo de mi infancia-,
eterna verdad vacía y perfecta!
¡Oh suave Tajo ancestral y mudo,
pequeña verdad donde el cielo se refleja!
¡Oh pena mía de nuevo visitada, oh Lisboa de otro tiempo,
hoy!
Nada me dais, nada me quitáis, nada sois que yo me sienta.
¡Dejadme en paz! No he de tardar, que nunca he tardado...
Y mientras tardan el Abismo y el Silencio, ¡quiero estar
conmigo a solas!
Por: Álvaro Campos
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