"Me celebro y me canto a mi mismo"
- Walt Whitman-
No espero nada,
me tragan los instantes,
bestias invisibles me arrancan los ojos.
Se afinana todas las cenizas a mi alrededor,
los cantos insomnes de la desesperación...
¿qué es el sentido?
¿dónde está el vínculo?
Pierdo mi máscara de hombre con los días,
se agrieta... a mi alrededor... ruidos sordos,
ahogando cualquier sonido posible,
frente a mis ojos, se quema el horizonte...
después... quisiera arrancarme la piel,
quebrar mi frontera con el todo,
disgregarme un poco y ser polvo,
debatirme en el vaivén tempestuoso de las olas,
quiero ser azotado por las marea, como risco huérfano,
mi cabeza fertilidad de todos los hongos y los musgos ha de ser,
porque no he servido para hombre:
¡habré de ser carroña!
Pero se detienen los astros,
soy orbitado solamente por las moscas,
soy disgregado en esquirlas de lo absurdo,
me calan los huesos todas sus miradas,
escrutándome,
me quiebra su tacto, no lo soporto,
no quiero ser el cisne moribundo en este lago...
¿A qué se le llama casa?
¿Un techo hace una casa?
¿La mujer y el hombre que te traen el mundo son tus padres?
Soy por siempre culpable de mi propia biología,
responsable de mi existencia,
una deuda que me han hecho pagar con obediencia,
quiero destrozarme en la absurdidad,
y consumirme en el delirio...
No tengo apellido,
no soy de ninguna familia,
perdí mi nacionalidad,
no recuerdo mi cumpleaños,
no tengo otra hermandad más que la de las sombras,
el resto de los hombres son mis hermanos,
mi madre es el cielo tremendo de las tormentas,
mi padre es el eco multívoco del caos,
fuera de ahí soy un extraño,
pero en todas partes me veo,
bajo cualquier roca podría construir mi casa,
y cualquier árbol podría reclamarlo como mío,
no veo razón para seguir con el teatro,
donde finjo un parentezco que de todas formas tengo con la humanidad...
He perdido a la gente que amo,
Y amo más a la gente que he perdido,
esa es la realidad,
el amor es siempre una falta,
una ausencia...
Al menos eso era,
Ahora extenderé el amor como una fuerza,
incineraré al mundo con mi amor,
hasta el más pequeño pétalo
hasta el mínimo gusano,
hasta el ácaro pacífico,
¡temblaran por la fuerza de mi eros!
Mi coito con el mundo será absoluto,
no necesito más familia que lo inconmesurable
más apellido que lo sublime,
que se traguen todos su extrañeza,
nadie me será desconocido,
le doy a todos el derecho de comer mi carne,
y beber mi sangre como vino.
Abrazo ahora y para siempre
al tiempo entero en mi pecho,
como un niño incomprendido, llorará entre mis brazos,
deshilará su pasado y su futuro entre alaridos,
hasta que sólo quede el presente,
donde estaré siendo,
renuncio a ser para estar siendo,
renuncio a la permanencia,aunque me engulla la vaguedad,
renuncio a la verdad por la interpretación,
a la elocuencia por la poesía,
a la identidad por la transformación,
a la fidelidad por la inmolación.
Amaré cada piedra como si fuera la más hermosa de las mujeres,
destruiré con mi tacto todos los caudales,
y labraré con mis párpados nuevos cuaces para los ríos,
soportaré sobre mi espala a todos los huracanes,
penetraré en todas las cuevas,
me dejaré pulverizar por todos los relámpagos,
las bestias comeran de mi carne,
mucho antes que los gusanos, que también tendrán su parte.
Soy absoluto y renuncio a la pasión,
paso a ser acción absoluta,
paso a ser corriente feroz de cualquier río,
avalancha incontenible,
sentirán mi fuerza todas las montañas,
cada mujer sentirá mis penetraciones,
cada hombre probará el sabor de mi sexo,
cada niño me verá como una caricia tierna,
cada anciano tendrá de mi tiempo para contarme sus historias interminables...
Comeré con los hambrientos, aunque sea mi propia carne,
sanaré con los enfermos, aunque muera por contagio,
reiré con los olvidados, los abandonados, los que no tienen nombre,
los huérfanos, los desahuciados, los desamparados,
todos podrán saquearme,
los ladrones podrán venderme,
las prostitutas limpiarán sus sexos en mí,
los extranjeros harán el amor conmigo sintiéndose en casa,
abrazaré con ternura a todos los niños abortados,
buscaré a las familias de todos los renegados,
me iré a la cárcel en lugar de todos los criminales,
tengo millares de eternidades,
cumplir todas las sentencias me tomará sólo una de ellas;
Desde ahora y para siempre asumo mi caracter de estrella,
asumo mi luz originaria, y se las regalo a todos,
si se extiengue el sol, las plantas comerán de mí,
de mí harán sus fotosíntesis,
si se acaba el aire todos podrán respirar de mí,
hasta las rocas con poros finísimos, que toman aire sólo cada temblor,
si se acaba el agua, me abriré las venas
y todos se alimentarán de mi sangre,
los huertos se fertilizarán ¡con mi sangre!
las selvas tropicales estarán ¡húmedas de mi sangre!
los glacieras enteramente constituidos ¡de mi sangre!
Rios de mi sangre correrán hacia todo el mundo,
lagos, lagunas, manatiales, manarán de mi sangre,
será mi sangre la que desgaste la roca,
la que caiga en cascada,
la que llueva en chubasco, tormenta, monzón, huracán,
será mi sangre la que inunde el espacio que dejarán los mares,
y el orbe será rojo, un rojo tan intenso que será azul por mi sangre...
No espero nada,
no soy nada, porque estoy siendo cualquier cosa,
en cualquier instante me sorprendo como mariposa,
como pez en una red,
como conejo destripado por el águila, que también soy yo;
en todo momento soy a la vez roca, y a la vez mano que lanza la roca,
soy el río sobre el que la roca rebota, y el rebote mismo.
Si un niño con su dedo hace un hoyo en la tierra
lo siento en mi piel,
si una mujer llora, soy sus lágrimas, el motivo de su llanto;
soy el verdugo y el decapitado,
el juez y el jurado, y el acusado, ¡también ese eso yo!
¡He cometido todos los crimenes!
¡He alcanzado todas las virtudes!
Soy tan sutil como el yogui, tan implacable como el mercenario,
soy tan deboto como el fanático, y tan tremendo como el tirano,
no seré nada más y nada menos que todo,
fuera de ahi, mi individualidad,
es mera casualidad, en la que me encuentro temporalmente,
decido contenerme esta corta vida, bajo esta corta forma,
para disfrutar por un momento el espectáculo de mi mismo,
en todas partes...
No soy nada, nunca seré nada,
porque estoy siendo todo, en todo el tiempo..
Infinito y vacío, res extensa,
nada me sucederá, soy el suceso mismo,
nada me pasará, soy el paso y la condición del paso,
el universo se expande en mí
a la vez que soy el universo...
Y ahora soy tu también, leyendo estás líneas,
donde soy más abusrudo -¡y por eso más grandioso!-
que todo el lenguaje junto, que esto es sólo la mínima parte
de lo que podría decir, enumerándome a mi mismo,
sintiéndome guardían de mis desgracias,
tan inumerables como mis apetencias,
mis carencias y anhelos,
todo lo deseo, porque no tengo nada,
tener algo es ya separalo del todo,
como arrancarme un dedo para decir que es mío;
si todo está en mí,
la posesión es absurda.
Lo deseo todo, todo el tiempo,
todo me falta, hasta la carencia,
nada es mío, ni yo mismo, el yo se borra,
soy otro, no soy otro, este que soy no es,
está siendo, en virtud de esa continuidad,
me disgrego hasta la locura,
hasta romper el suelo frágil de la razón
invertir el suelo sublime
y hacer evidente mi misma poderosidad,
hacer patente mi fuerza absoluta.
Soy la síntesis y el momento sublime
soy el esquema y el símbolo,
la excepción y la regla,
la frontera y el paradigma...
Al final, soy hasta las moléculas diminutas que forman estas letras,
más presente estoy que nunca en mi poema,
porque está hecho de mi sangre,
que es el alfabeto entero.
Existo, luego pienso, luego siento, luego percibo,
luego amo, luego reconozco, luego juego,
luego toco, luego palpo, luego destruyo,
luego construyo, luego intuyo, luego... me encuentro a mi mismo,
en la multiplicidad incontable llamada mundo,
todo el tiempo, en cualquier tiempo,
y el tiempo aún lo tengo en los brazos...
como niño pequeño que me cuenta, que no es una línea recta vacía,
tiene miedo y frío,
y el espacio me cuenta que no es el otro,
que siempre está cerca,
que nos toca a cada momento,
y el pensamiento me dice que tiene frío
de tanto incendiarlo todo...
YO ESTOY SIENDO... TODO... NADA.. RUIDO... SILENCIO... UNIVERSO... ÁTOMO...
Gerardo Cielorraso...
2 comentarios:
Disgregar tu silencio es andar sonámbulo por las paredes de un sueño, derramar el polen de la palabra invisible en cada sílaba de amor esperado.
Esta esperanza que reniega de ti mismo lleva andando largo el camino de los otros, viene de ti, de nosotros, de cada vida pensada
de cada flor aún no abierta, de la lluvia pendiente en la dislocación de los ojos, de cada te amo, incluso, y yo os amo.
=) no pude reconstruír esto más llevo los puntos cartesianos de tu sonrisa dando vueltas en mi cabeza, mi abrazo.
Se nota que bien has aprendido a mirar con los ojos que nos ofrendó y heredó el señor Withman, y a tu modo humilde, y tu modo egocéntrico, supiste explotar la brecha, supiste insuflar la llama, para deshacerte en el universo y hablar con la lengua de vasos comunicantes que entre líneas teje el misterio... Esa imagen del niño cavando un hoyo, ese sentimiento mantenido casi a todo lo largo de tu poema, no es bueno, casi podría decirse que es buenísimo... Enhorabuena amigo. Carámbola de tres bandas la que has logrado.
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