jueves, 5 de julio de 2012

¿Por qué ganó Enrique Peña Nieto? En Respuesta al Artículo de Carlos Lector 'Letras del Norte'.

Escribo este pequeño artículo no porque sea una respuesta directa a la postura de Lector, que es muy respetable, sino en general a sus argumentos, argumentos que, creo yo, manifiestan una profunda incomprensión de la situación del país; argumentos que por lo demás, se niegan a entender en su particularidad el momento histórico que vivimos y sufrimos, y que dado el caso, parecen no tener noción de lo acontecido en los últimos 4 años en el país, y en especial en los últimos seis meses. 
Aunque concuerdo con su postura de buscar otras razones del despunte de Peña Nieto que no hayan sido el fraude electoral me parecen somero y superficial lo que se puede concluir siguiendo sólo ese hilo argumentativo. Si bien es cierto que una parte no pequeña de la población mexicana sólo tiene acceso a las cadenas televisivas de señal abierta, Televisa, TVAzteca, Canal22, etc... de eso no se sigue que esa gente sea necesariamente ignorante. Ver Televisa en sí mismo no te hace ignorante. Lo peligroso de posturas como la de Lector es que manejan un discurso represionista: "ustedes se lo merecen", "ustedes se lo buscaron". Cosa que puede ser síntoma de dos actitudes de lo más nocivas para un escritor que se asuma como líder de opinión: 1) Tiene un carácter ladino y en lugar de empatizar con la decepción y el luto nacional en el que más de un 50% de la población Mexicana ha entrado, se regocija con el fraude. 2) Tiene algún interés político en la victoria del PRI y está haciendo una especie de apología cargando toda la culpa en un extremo de la balanza. No quisiera creer, ni pretendo afirmar que alguna de estas dos actitudes se encuentren en el autor, simplemente que ciertas ideologías del tipo descrito pueden caber bien en este tipo de argumentos. 
Ahora vamos a los hechos, que es una forma efectiva de salir de las opiniones someras e ideológicas. Según los resultados del PREP hasta el día de ayer 4 de Julio (1), el candidato del Partido Revolucionario Institucional, Enrique Peña Nieto obtuvo la victoria en el sufragio nacional con un 38.15% de los votos. No hablaré ahora del fraude, demostrado y registrado a lo largo y ancho de la república, ni del caso de Soriana y los MONEX, vamos a suponer que efectivamente, estos 18, 727, 398 millones de personas votaron de manera libre y no coercionada por el candidato. Si ponemos de manifiesto que a pesar de que las elecciones de este año alcanzaron una participación histórica, ésta apenas supera el 50% de la población total, algo así como un 63.14%. Para una población que supera los 120 millones, de la cual más del 65.4% es una población en edad de votar, es un número muy bajo, de estos 120 millones Enrique Peña Nieto dice haber obtenido el voto de 18 millones y medio. ¿Dónde está ese país de alienados por los medios masivos del que habla Lector? De estos 63.14% de la población que sí votó el pasado primero de Julio, el  61.82% no votó por Enrique Peña Nieto. Estamos diciendo que esta afirmación que hace Lector (y posturas similares) de que los mexicanos, alienados e ignorantes VOTARON por Peña Nieto, sólo quiere abarcar una tercera parte de los votantes, que no es ni una sexta parte de la población a nivel nacional. 
El segundo argumento que esgrime Lector (cuando más bien tiene el carácter de afirmación gratuita ya que no va a acompañada de razones objetivas) que además he leído ya en otras parte, príista mayormente, lo que no implica que Lector suscriba a una ideología partidista particular; versa de que el precario acceso a la educación en México es el que contribuyó al triunfo del candidato. Bueno, la misma población ignorante, inclusive mayor, ya que en el 2000 los índices de deserción escolar y analfabetismo a nivel nacional superaban el 70% de la población, votó por el candidato del Partido Revolucionario Institucional, Vicente Fox Quesada. Si el argumento de Lector fuera cierto entonces el PRI no hubiera salido de Los Pinos hasta que estos niveles de analfabetismo y deserción escolar disminuyeran al 30%. (Para formar una mayoría de letrados en el país). Es falso entonces que la falta de educación provoque el triunfo de un candidato. 
Al  tipo de argumento que Lector da como tercero algunos politólogos lo han llamado falacia de la personalidad. Es decir, pensar que el único motivo que tiene la gente para votar por un candidato es su persona, y lo que se diga o no de ella. Si esto fuera cierto Andrés Manuel López  obrador no hubiera alcanzado ni un 10% en las votaciones debido a la gigantesca campaña de desacreditación que desde hace más de 7 años los medios de comunicación iniciaron en su contra. Y Peña Nieto hubiera ganado por mucho más del 18% que Milenio le vaticinaba hace poco menos de un mes. Hay muchísimos intereses que se juegan en unas elecciones, mucha población vota de acuerdo a sus profesiones, a sus intereses empresariales o microemrpesariales, sus intereses como migrantes, como estudiantes (que es el caso del movimiento #YoSoy132). No sólo porque tal o cual candidato convenza, sino porque conviene tener a tal o cual sistema político, porque se quiere tal o cual postura política, etc...
Si los argumentos que pretendían descubrir el hilo negro esbozados por Lector y similares, no son sólo falacias sino que pueden inclusive ser inconsistencias (al menos por la falta de datos concretos) ¿por qué ganó Enrique Peña Nieto? Para responder retiro el supuesto que hice en el primer argumento, cuando dije que supusiéramos que efectivamente un 38.15% de la población había votado por él. Siguiendo las redes sociales, se ha demostrado que al menos 110, 000 votos (para dar un número redondo) fueron mal contados, o anulados sin motivos, o simplemente ni siquiera fueron considerados, sin tomar en cuenta las pruebas fotográficas comparadas que la vigilancia civil, extraordinariamente organizada para la inmediatez del problema, han demostrado sobre las inversiones que se dieron en las cifras por parte de muchos funcionarios del IFE. Es cuestionable este 38.15%, es cuestionable que haya gente que voluntariamente haya votado por Enrique Peña Nieto, vender tu voto a cambio de dinero no es traicionar a la patria y no puede contar como voto libre. Lo que los argumentos como el de Lector demuestran es que no entienden, ni se han dedicado a tratar de comprender los profundos cambios que ha vivido México en 20 años, el despertar de varios sectores usualmente indiferentes, inactivos. Es no tener en cuenta el despertar indígena del 93, que lentamente, pero con constancia se ha extendido por el país, como el caso en Michoacán de Ostula, Cherán y el reciente caso de Faro de Bucerías. Es no saber que gran parte de la población Mexicana ya ha pasado a ser clase media (no importa si alta o baja) y pugnan por una estabilidad económica y política. Es desconocer la campaña del terror que el Grupo Atlacomulco ha tendido a lo largo del país con su grupo de choque los Z, que en lugares gobernados por el PRI, como el caso de Nayarit, Zacatecas y Sinaloa y ahora lamentablemente en Michoacán, han pasado a formar parte de los cuerpos judiciales. 
Peña Nieto no ganó, han ido imponiéndolo desde hace más de 4 años cuando ganó la candidatura a la gobernación en el Estado de México, desde entonces hemos asistido al espectáculo de su erigirse como un candidato imbatible, contundente, que siempre sabía qué decir, quedar bien. Pero desde la escena en la Feria Internacional de Libro en Guadalajara del año pasado, esta estatua de arena se ha ido despedazando, mostrando su verdadero rostro de opresión, de que el PRI nunca se ha ido y sigue siendo lo mismo. Que pretenden que todo México sea el Estado de México, que no se hará nada para combatir el narco, porque precisamente ellos son el narco. Peña Nieto no ganó y tratará por todos los medios de imponerse. Y discursos como el de Lector tratan de poner la totalidad del peso en una circunstancias muy contingentes, encegueciendo con sus suposiciones ingenua (por poco exhaustivas) el panorama real del sometimiento, fraude y engaño del que el PRI nos quiere hacer vítcimas y cómplices. Es peligroso no quizás lo que el autor pueda pensar realmente, sino la manera en que ha expresado sus argumentos, porque lleva a lugar muy conflictivos, porque choca con muros sociales demasiado concretos, porque quizás no tenemos una sociedad tan mediatizada como nos hacen creer los propios medios, y quizás más que nunca, a diferencia de lo que dice Lector, estamos en la posición de resistir organizada y civilizadamente. 

Gerardo Flores.

*Dejo aquí el link del artículo de Da Jandra:




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