Rompiendo el pacto acordado entre dos puntos,
el pacto de la línea recta,
escindes todas las distancias,
y hasta un fotón que me ilumine es tu beso.
Viviendo en el recuerdo de tus ojos,
soy esclavo de todas tus mitologías,
te construyo templos de palabras,
donde habitas, silenciosa, verdad revelada del enigma.
Entonces sucede la risa,
y el horizonte se desgasta en la cosquilla,
sucede que sonrío sin motivo,
y te dibujas unos instantes, en mis pupilas.
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