A Miguel Prieto
[...] y tú, tendiendo la piadosa mano,
probando a levantar el cuerpo amado,
levantas solamente aire vano.
Garcilaso.
I
Dejé mi cuerpo lejos, entre hogueras,
y he traído mi sombra a este regazo
de profundos estíos, donde tiemblo.
Ni la tierra ni el árbol
ni el hálito que está latiendo oculto
bajo la piel del pájaro,
ni la dormida fibra,
la rama en flor, el agua y el gusano
me conocen.
¿Quén soy
en este nuevo ámbito
tan hondo y virginal? ¿Qué voz, qué nombre
tienen sus n¿muros de jazmín? ¿Qué rastro
sus aves, sus caminos, sus miradas,
que todo se me torna espejo cóncavo
donde se pierde el río de la muerte
que el hombre lleva ardiendo entre los brazos?
Yo puedo caminar, caminar solo,
perdido entre las selvas y mis pasos,
detenere en la piedra y el insecto,
dialogar con el viento, abrir los brazos
a la colina que entre lirios sueña
y al dulce junco que en la orilla ha anclado.
Pero todo responde a mis llamadas
con un silencio fanala velado,
y en vano busco los sonidos íntimos,
aquel amor que en mi raís dejaron
los seres habitados por mi gozo.
Soy como nube tierna, vellón claro
que olvidó la tormenta y ha perdido
la razón de su cielo, de su espacio.
Ya no puedo ser lengua de inocencia
ni su origen cederme lo creado.
Como a una frente ciega que se inmola,
la luz me da la fe, mas no el milagro.
Podré vivir, ¿podré esperar? ¿Qué vida
la esperanza me entraga si en mis manos
tengo el mundo y no sé contar sus pétalos
retener su sabor entre mis labios?
Sobre la tierra muda,
entre aromas y cuerpos ignorados,
voy sembrando, sedienta, mi palabra:
la lluvia, el sol, el aire, mis hermanos,
¿podrán volver en fruto su amargura,
desvanecer la bruma de este llanto?
JUAN REJANO
1 comentario:
Ufff!!! uff!!! y rencontra uff!!! creo que diría el perro Bermúdez, y es que en verdad la preocupación poética de este hombre es simplemente inconmesurable, nostálgicamente hermosa; y uno ya no sabe si reír por la belleza imposible para nuestras manos, o si ponerse a llorar porque nos queda grande el mundo, y somos tan, pero tan pequeños.
Otro gran y hermoso poema.
Muy buena semana de Rejano.
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