Hay siempre lugares vacíos,
Que nunca llenan ni las sonrisad de las muchachas
Ni los niños bajo la lluvia,
Ni el ladrido encantador del perro cuando llegas a casa.
Lugares que se detienen al tiempo
En los que no se posan las palomas en las tardes
Donde no cae el agua de tormenta
Donde nada sale porque en realidad nunca entra.
Hay entonces gente como tu y como yo
Que leen poemas y piensan que la vida es metáfora
Y que la gente de las calles parece de piedra
La misma piedra en la que pegué este poema.
Luego hay gente de piedra
Que camina por sus calles homónimas
Con apéndices blanquecinos en las orejas
Y que siempre está atenta, a la inmensidad de la espera.
Luego hay lugares repletos,
Como fiestas de mariposas,
Donde todas van vestidas de cóctel esperando la sirena
Que habrá de hacerlas agitarse hasta darse cuenta
Que están leyendo este poema.
Entonces la gente como tu y como yo,
Inclusive la gente que esta hecha de piedra,
Se da cuenta que todo el mundo y sus alternos
Caben entre las líneas de este poema.
1 comentario:
Los amorosos, ya lo decía el buen Sabines, son sólo locos, sin Dios y sin Diablo. Tan desvalidos, tan desposeídos. Tan afonosos de magia, tan llenos de nostalgia. Yo me siento, también como uno de ellos, y siento que bien podria encajar, en este su sincero poema.
Saludos amigo Décimo.
Publicar un comentario