martes, 30 de julio de 2013

30 de Julio

"La lección es muy simple, como siempre, pero la tarea es de temer. No tenemos otra cosa que hacer, "nosotros otros", que comprender y practicar el compartir del sentido -y del sentido del mundo. Esto no quiere decir diálogo y la comunicación, que de ahora en más implican significados saturados y últimas palabras consensuales, pero eso quiere decir -o no quiero ya decir- otra cosa, por la cual la palabra solitaria y orgullosa vale tanto como la conversación común: que la verdad del sentido no es propiamente otra cosa que su reparto, su ser compartida, es decir, a la vez pasaje entre nosotros (entre nosotros siempre otros que nosotros mismos) y que deshicencia interna y soberana por la que su ley hace derecho en su excepción, por la que el sentido se exime de sí mismo, para ser lo que es, y por medio de la cual su goce ya no es su resultado sentido sino el ejercicio de su sentido mismo, de su sensibilidad, de su sensualidad y de su sentimiento."
Jean-Luc Nancy, "La declosión: La deconstrucción del Cristianismo, vol." p. 214.

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