domingo, 26 de diciembre de 2010

MANIFIESTO

PIENSO
Hay tantas cosas de las que no he escrito
Que mis ojos han visto.
Hasta hace poco la poesía era mi refugio
¿cómo invitar a mis monstruo a sentarse conmigo a la mesa?
Mis letras volaban
Huían de las pestes mediáticas
De los golpes opresores
Del hambre burocrática
De las asesinadas enterradas en tumbas de arena.
Temí llamar las cosas por su nombre
Alzar el dedo
Con miedo a señalarme
Y callé.

Hundí mi cabeza entre libros
Mis ojos quemaron miles de páginas
Desgasté mis horas entre partituras
Pinturas, esculturas, proyecciones…
Huí del hambre en viajes interminables por las cocinas extranjeras.
Para olvidar a mí pueblo iletrado
Aprendí otras lenguas
Que enseñaban a la propia a avergonzarse
Que disgregaban mi identidad
Volteando mi vista hacia un mar que ansiaba cruzar;
Con miedo a hablar tarasco
Preferí siempre leer griego.

Hablé mucho porque temía mucho
Escuché poco porque sabía poco.
Me he ganado mis silencios
Estos nuevos ojos
Éstas nuevas tintas
estos nuevos versos.

Entiendo que un verso no hace una lucha
Entiendo mi condición de eco
En éstas líneas confieso lo que pienso y siento
No lo que estoy haciendo
Trazando caminos incautos
Lejos de los amos de las cruces y las armas
Lejos de los ojos afilados de las casas editoriales
Repartiré estos versos entre mis iguales.

Renunciar a la rima
Fue mi primera rebeldía
Admitir que el poema es siempre un poema
Fue mi segundo ataque
Ahora que he quemado el lenguaje
Que he sido llamado hoguera de patio
No pienso regresar al silencio
A la meditación
A buscar el ser
Siendo
Escribo en la trinchera de la duda
Cargo en mi espalda un pueblo
Que apenas voy conociendo
Llevo en mis letras una lucha
Que apenas voy descubriendo.

Hay hombres que esperan toda su vida una señal
Un mano que escriba sus letras
La mano que escribe la mía
Son cientos de manos
Manos con hambre
Manos con sangre
Manos tiesas
Manos pálidas
Manos callosas
Manos enfermas
Manos tras las rejas
Manos enterradas
Manos cercenadas
Manos que no tiene un taco
Manos que tocan una guitarra de palo
Manos pequeñas que juegan con tierra.

Otros hombres esperan toda una vida
Por unos ojos para descubrir la poesía
Mis ojos tienen cataratas
Mis ojos tienen lágrimas
Mis ojos tienen moretones
Mis ojos han visto montañas de basura
Mis ojos se han cerrado ante las macanas
Ante las botas, ante las balas
Se han sorprendido con las llamas
Mis ojos tratan de abarcar los campos
Recorriéndolos
Mis ojos están rojos de tanta sal
De tanta miseria
De tanta conjuntivitis
Mis ojos no miran los relojes
Mis ojos están ahítos de santos
Mis ojos
Todos esos miles de ojos
Que no son de ningún color
Que no tienen ningún rasgo
Estos ojos
Que me he ganado
Dejan la poesía para la poesía
Y al poeta le dan sus alas...

Los pobres son los dioses por los que hablo
La injusticia la musa sorda que me susurra los versos
El relámpago que me toca
Es el flagelo sobre la espalda de mi pueblo
Poeta en llamas
Renacido de sus cenizas anticipadas en tantas hogueras sin carne
Le devuelvo lo que le tomé a mi gente
Que beba de mi sangre el pueblo
Hasta que pueda devolverle su agua
Habitarán en mí
Hasta que recuperemos sus tierras
Hablarán a través de mí
Hasta que el hambre no les haga cerrar los libros.

La poesía no es una lucha
Es una voz
Y esa voz
Viene de un canto
Que lleva 600 años durmiendo.

sábado, 25 de diciembre de 2010

Venaditoazul 1

Saber que el silencio es un ensayo de la muerte
es la muerte la que afina la orquesta
extiende para todos el escenario
matiza los colores en cualquier cuadro
la muerte, ineludible toque final de todo tacto...

Hay perdido entre bosques
un venado vulnerable, vulnerado por su sombra
dando brincos inmóviles
el venado mira la frondosidad del bosque
se pierde en el amplio laberinto de los árboles
su ojo línea blanca
le arranca instantes a los ojos
el venado no comprende tanta simplicidad
no entiende jamás la fiesta de las formas
el cantar del agua
por eso camina nervioso, entre brincos
desecho en miradas
sus oídos palpitan temerosos de cualquier ruido
el venado no entiende que lo sigue su sombra
por eso quiere tener las patas fuera del suelo
el venado maldice no ser ave...

La muerte tiene rincones que ninguna luz conoce
nombres que se quedaron en lo impronunciable,
bañada de cenizas frescas, recién paridas del fuego
la muerte es una niña sollozante.

jueves, 16 de diciembre de 2010

Carta a Ítaca

No



Yo no tengo ojos para contemplar tantas hogueras.



Jamás he comprendido el vaivén de las risas.







Distancias



Olvidos



Cartas muertas bajo mis brazos



¡Nunca han sido alas!







No



Yo no tengo tiempo para jugar con el silencio.



Estoy absorto en el delirio



en el grito.







Cansancio interno



Pulso abierto



No



Yo no quiero conocer a tus fantasmas.







Diré adiós a tus sombras



Tienes una casa en mis letras.







No



Yo no tengo ya tus pasos en mi sangre.







Absorta como estás



En la mudez de una preñada espera.



Espera.



Ese vuelo



no llegará ya más.











"De Ulises en la cueva de Calisto, a Penélope perseguida por sus amantes en Ítaca".

viernes, 10 de diciembre de 2010

Andrómeda y la espada.

Andrómeda y la espada.

Tienes una larga cadena
La haces sonar la noche entera.

La oigo entre tus sollozos
Cuando sollozas.
La oigo entre tus roces
Si no hay rosas.

Esa cadana
Ha de atarme.
Lo consiento.
Siento.
Cien cadenas
Que han de atarme
A la roca que delira en el desierto de la forma.

Traes
además,
una sed para saciarme
ojos que conocieron mis ojos
ocultos detrás de mis pupilas…

un cuchillo
además
para matarme
un cuchillo y un puñado de cenizas.

Buscas y encuentras
Siempre niños tristez
Buscas y encuentras
Casas incineradas por la angustia.

Colocaste las trampas en el claro
atrapaste desprevenidas a las musas
sangran… hemorrágicas y sordas…
ríes ahora
que te azota un mar más grande
que las tristezas
que las trizas hechas de los ángeles
que las brazas de sus ojos calcinados por la gracia
que las esquirlas de luz enrerecida que llamamos alma
que las llagas profundas del tiempo donde fue a parar el asombro
que las líneas más tenúes del movimiento que conocen el secreto del lenguaje
destrozada
hasta la carne blanca de tu transparencia
donde se pintan las estrellas en su movimiento constante
una
a
otra
se suceden.

Yo sólo sé de ecos
<>
<>
<>
Nada puedo hacer por tus huídas
Entregada al misterio de tus cadenas
deliras
sin saber que ya comieron de tus senos
las bocas sedientas de la grieta que me mira.

Desde el abismo por donde me contemplas
Me atas.
Lo consiento.

miércoles, 8 de diciembre de 2010

Re-velación de "Versos Felinos"

Re-velación

Piérdete
en tu casa del lenguaje.
mientras en el claro abierto
arderé la noche entera...
sólo una noche
arderé mientras te pierdes.

Ya esparcidas mis cenizas
Volverás a la luz
Inmarcesible
Sostenida en el silencio
Del humo.

Entonces todo callará
Perderás tu brújula.
ya no estaré
quieta vendrá la mañana
a quemar tus piedras de aire
y arderás
como ardí
mientras te perdías.

domingo, 5 de diciembre de 2010

Penélope y las llamas de "2509km"

No me importa el papel que representes
Siempre serás mis letras
Mujer infalible
Persígueme y juguemos el juego de las sombras :

Tengo yo dos ojos mujer para mirarte
Más profundos sin embargo son mis recuerdos
Tengo boca mujer para decirte
Todos los muertos con los que cargo.

Entre noches oscuras nacieron tus cabellos
Fuegos que parieron a las albas
¡Qué destino de poeta más certero !
Encontrar la cuna de los mares.

Vienen a morar en tu vientre todas las criaturas
Las ha convocado el centro de tu ombligo
Vanidosa perfección que no hace ruido
Mientras lucha mi vientre con el vientro tuyo.

Siento callar las campanas
De la muerte prematura del retoño
Escucho cantar las oscuras aves
Vienen del árbol insensato de las risas.

Ya conozco mujer esos mares asabaches
Me ahogaron sus sirenas mudas
Extasiadas en el vuelo de la espina.

Ya conozco también los elementos
Risa
Cuerpo
Ritmo
Beso

No quiero enfrentarme a tus hogueras primitvas
Lanzan chispas a la espalda trémula del miedo
Presiento mujer
Tus despedidas
Enviaras bestias grises
Se tragaran todos los relojes
Detendrán todos los vuelos
Violarán la luz
Esparcirán un sabor de alquitrán en los espacios
Ya presiento mujer
Tus despedidas.

sábado, 4 de diciembre de 2010

Juego de "2509 km"

Dolor se llama el juego
Y duele.

A veces cuando miro sin mirar
Se refugia en mis pupilas tu voz,
Entonces te invento
Y jugamos a las escondidas
Unas que nunca puedo ganar.

En las noches para dormir
Recito nanas a mis ojos,
Son letanías
Con el compás de tus pasos.

Ausencia se llama el juego,
Y se ausenta.

A veces cuando miro sin abrir los ojos,
En mis párpados descubro el negro de tus cabellos,
Y siento el estupor de la luz
Penetrando en el silencio,
Jugamos al avión,
Y yo espero ya tu vuelo.

Amor se llama el juego,
Y ama.

lunes, 29 de noviembre de 2010

No puedo escribir salvo con nostalgia.

Volteo y pienso en todas las cosas que pierdo por estar aquí esta noche. De vez en vez cuando decido asomarme al mar de perfiles virtuales, en mis momentos de ocio (si no es que pensar y leer ya son suficiente ocio), me doy cuenta de lo que mis contemporáneos hacen de su tiempo. Bailes, conciertos, fiestas, banquetes, en general un sin fin de cosas que implican actividad y reafirmación. Yo siempre estoy pugnando entre el actuar y el mirar, porque temo perder un detalle, porque temo pasar de alto una línea, no entender algo, no captar un matiz. No quiero escindir una diatancia no existente, hablar de un ellos y yo. Estamos en común, habitamos estos espacios vacíos y virtuales en común, habitamos los reales, plazas, salones, pasillos, bares, en común. Simplemente que su actuar me hace de repente voltear sobre mí, si es que uno puede sumergirse en su propia sombra. Me proyecto en sus diferencias, sus alteridades sonrientes que posan para las fotos, que dan cuenta de una actividad, una actividad semiinconsciente, sólo sostenida por su misma efímeridad, sólo perpetuada por el lenguaje extraño con el que dan cuenta de ellos. Yo, y empiezo a darme cuenta que algo así existe, siempre he querido detener el tiempo, desde que era pequeño preferí siempre observar los animales, platicar con las hormigas, jugar a que era pájaro y empecinarme a prácticar el silencio de los peces. Nunca sentí la inercia propia del niño, mis juegos fueron siempre complejas tramas que imitaban mis carencias. Cuando uno piensa en retrospectiva se da cuenta de que toda infancia, por su efímera inocencia, cargará siempre algo de terrible, algo de irrecuperable.
En mi andar por las letras, por las imágenes y los sonidos organizados y sugerentes que llamamos arte, me he dado cuenta que toda expresión parte de una sorpresa inicial. Un asombro que se funda sobre un gesto, el gesto de no poder encontrarse en nada externo. El niño triste se da cuenta que nunca podrá ser un pájaro, ser un pez, que jamás aprenderá el secreto vuelo de la libélula y no podrá vivir bajo de una roca. Se rompe la primera frontera y nos ocultamos en el lenguaje, no siempre de palabras, con miedo.
Ese miedo se rompe en un instante, cuando uno levanta la cara del libro, deja la pluma, el pincel, la guitarra, el cincel, el volante, el balón, la mano... y se da cuenta que eso jamás puede darle identidad, aquello que hacemos no vale salvo en común, y ese común es extraño y extenso, nos damos cuenta que lo hemos perdido de vista, que hemos perdido la incercia necesaria para ser en común, por eso requerimos teorizarlo. La atención, el razonamiento, la sensibilidad creados y pulidos en nuestro contacto con las formas abiertas (pinturas, poesía, composiciones, esculturas... mundo en general) nos han apartado, dado la vuelta, y mientras otros reían nos damos cuenta que siempre somos los últimos en entender el chiste, los primero y únicos en reirse del propio.
...
Confieso que no he superado el hecho de que en mi adolesencia preferí los libros a la gente. No entendiendo con qué afán, el niño triste creció resentido y bajo los ojos. También fue la época donde más excesos tuve, me arrojé con la misma pasión sobre "La Iliada" que sobre los pechos de muchas mujeres. Me confundí con el mismo temblor entre los laberintos de Borges y las indentidades semiconstruidas de mis compañeros. A donde iba eso otro me acosaba, me seguía todo el tiempo. Sin poder reconocer que en ambos saltos, estaba dando el mismo salto, olvidándome de mí, siempre me fui ajeno, ese Yo no existía y lo proyectaba en voluntad y deseo, aquellas dos fuerzas que requieren de otro siempre para confirmarse. Definí entonces mi rumbo como una constante búsqueda, sin entender que había olvidado cerrarme a mi mismo, una identidad provicional y necesaria para andar sin romperme. Cada paso que dí me quebró, cada error, cada acierto, me lastimó de igual manera que ahora entiendo que sólo con la poesía (de nuevo, lo que no soy yo, lo que es en común) organizo todo ese dolor, ya no negativo, sino dolor amplio, de ser yo, desconocido para mi.
La primera vez que voltée sobre mí, fue cuando leí a Nietszche y para entonces ya tenía yo 16 años. Fue terrible, creí en las cadenas que me ataban, las reconocí no sé hasta que punto, pero quisé romperlas, sin conocerlas con precisión. Maté a un Dios que nunca había sentido oprimirme bajo el pretexto de esa opresión, y rompí una moral que nunca había aprendido en pro de un actuar. Pero sin el yo, ese actuar se proyecta múltiple y equívoco, contradictorio, fue entonces voluntad y necesidad de reconocimiento.
Abogué por causas mayores, sentía ya en mi sangre el veneno simbolista. Hambriento estaba como todo poeta, de capturar la palabra, a mi al rededor los otros se sucedían, mis amigos iban y venían y yo desarrollaba este moverme sin quedarme, entre irme y quedarme, siempre estaba, jamás establecí ningún vínculo con nadie.
Aun ahora que brevemente trato de articular ese asombro, aún ahora siento queme soy ajeno.
Cuando me di cuenta de mí, supe que iba a morir, lo entendí en su amplitud, y aboqué por el insomnio. No podía soportar el hecho de cesar, pero no cesar yo y mi individualidad que siempre me había estorbado, cesar mi yo en común, cesar para otros y en otros. Cesar de enterarme qué pasaba en el mundo, cesar de darme cuenta.
...
Entocnes vuelvo a bajar la mirada a los libros, a abstrarme en una pintura, perderme en una melodía, vuelvo a ignorarme para no enfrentar el hecho de que voy a morir, de que he sido un niño triste siempre, aún ahora que todos los demás dicen que soy grande, aún ahora que tengo que enfrentar las viscitudes de la labor, el trabajo y la acción. Cuando entiendo todo aquello que me supera, que la otredad es inmensa. La otredad de los libros, de las acciones, delos pobres que necesitan que se les reconozca como humanos y luego se les alimente; de los políticos que no saben gobernarse a sí mismos, mucho menos mandar obedeciendo; me doy cuenta de que no he olvidado la risa, la necesidad de reconocimiento.
Me he detenido, sí quizás, me he perdido de esos momentos en común, simples y llanos como una borrachea cada ocho días, un cigarro de hachís cada tres días, un programa de televisión, seguir una serie, esperar impaciente el mundial o las olimpiadas, querer viajar. Para entender, actuar y sentir en común, he necesitado detener la inercia de lo común, he necesitado entender la diferencia entre el "ser" y el "deber ser". Distinciones dolorosas que hacen más auténtico mi actuar y por eso más sólo y por eso también más ávido de los otros.
Pensar jamás nos hace diferentes, superiores, mejores que los otros, todos pensamos, pero se cae en la cuenta de este hecho, se cae en la cuenta, frente a la incercia necesaria para una vida cómoda, exitosa y fluida, que estamos aquí con respecto a otros.
Mientras la mayoría actúan con y sobre otros, ignorano este mismo hecho, atrapados en sus mismidades. Vacié mi yo, me construí con todo aquello que no era yo, mi subjetividad ya no fue más individualismo, sino nosotrismo. Ahora entiendo porque todos los gestos automáticos y necesarios del convivir, me eran siempre ajenos. Siempre he querido algo más de la vida, que no está en la vida... he tenidola responsabilidad de crearlo, y no para mí, que jamás seré más allá de mis obras y por lo tanto lo que cree jamás será para mí, sino para otros... espero ahora, que tú que me lees voltees y me digas... que he sido.

domingo, 28 de noviembre de 2010


Nunca he escrito erotismo, de ese explícito con sabores de literatura francesa tardía e intemporalidad de Nueva York y burdeles de Buenos Aires. No he plasmado jamás en letras el placer que ha roto mi carne, ha roto por ausencia. Jamás he disfrutado el sexo, me parece vacío efímero, penetraciones sin sentido, manos buscando un sitio que jamás encuentran, bocas rasgándose, histéricas, con hambre. Me da miedo la desnudez de la mujer, su poderosa perfección de curvas, el delicado equilibrio que hacen siempre sus ojos con sus pezones. Y pensar que puedo empezar a escribir cosas: "Después de haberle leído un poema la lleve a la cama, ya sentía en su piel leves espasmos que anunciaban los orgasmos venideros. Su boca salivaba más que nunca, entre sus piernas empezaba a fraguarse un horno, en el que derritiría mi pene, hasta dejar un líquido tibio y blanco, como firma y epitafio." Me parecezco ajeno, quien escribe erotismo espera confirmarse, confirmar lo poco satisfactorio que es su sexo. Explicarse porque esas vocales sonaban falsas, a pesar de ser las mismas siempre: "ah, eh, yyyyyy, oh, uh". Quien escribe erotismo no es más que un Cristiano que todo el tiempo está invocando a Dios.
"¡Oh DÍOS MÍO!"
Lleno de clichés disfraza el mismo acto copulativo, como el del verbo "ser" con conjugaciones enfermas, reductivas. ¿Cómo se puede escribir de lo más presente, lo más íntimo? Ya no íntimo por vergüenza a que escuchen tus gritos los vecinos, a que el golpear de la cabecera de tu cama marca el compás de tus latidos. Ya no vergüenza a decir todas esas palabras tan difíciles de rimar: Pene, vagina, testículos, huevos, tetas, penetración, orgasmo... Escribe siempre quien siente una ausencia. Por eso el desnudo siempre ha sido privilegio de los artistas visuales, únicos capaces de atreverse a cortar el movimiento con líneas y formas.
Las grandes literaturas han evadido siempre la explicitación del sexo, al menos las occidentales. Dan vuelta alrededor de él, jamás lo muestran. Porque el poder de la palabra es difinitivo, porque el enunciado espera un estatismo. Jamás me ha parecido loable recurrir al sexo para anunciar rebeldía.
Octavio Paz ya sospechaba al leer al Marqués de Sade, que este no avogaba por una liberación lejos de los terrenos de Dios, sino por una ampliación de sus reinos. El Cantar de los Cantares es el rastro que tenemos de que jámás ha sido subersivo el sexo. ¿Cómo un acto tan mecánico, tan pueril, puede ser subersivo? El instrumento de perpetuación de la especie no puede tener nada de simbólico.
Freud me canta al oído y resume que precisamente porque nunca se cumple todo gira alrededor del coito. Y yo me rio, que el sentido del erotismo no es el coito es el deseo. La atmósfera, las luces, las sábanas tibias, las siluetas sobre las almohadas, las miradas las risas. A los escritores les importa más el gesto. La desnudez, el coito, es siempre algo dificil de escribir. Tiene que dársele la vueltapara que tenga algún sentido la narración. Sino, se sumerge en la cotidianidad de cualquier otro acto: "comieron, duermiedon, jugaron front-tennis, tuvieron relaciones sexuales". Si la palabra "muestra" lo que es, retira los velos y deja abierto como vena el acto en sí, entonces es incompatible con el coito. Porque escrito así: "hicieron el amor" ya es un símbolo, ya oculta la obviedad. Pero escrito de este otro modo: "y él la penetró". La imagen es directa, no genera una atmósfera, no sugiere nada explícita y nos repele por sí misma. Leer al Marqués de Sade, a Charles Bukowski, William Burroughs, cualquiera que explicite el sexo, es leer más un manuel de "comportamiento y práctica sexuales" que podría pasar por un extraño referente antropológico y psicoanalítico.
Me alzo y digo que el coito como tal es incompatible con la palabra. Cuando la palabralo muetras. "voy a cogerte", "me voy a venir", tiene siempre que rodear la cuestión, es díficil, y ahi mi admiración a quienes lo practican, conciliar lo explícito y lo únicamente gráfico.
Me explico: a pesar de que mucho de escribir es des-cribir, la palabra antes de ganar su amplitud en el terreno de lo enunciado, es siempre un gesto ocultante. La palabra matiza y funda. La palabra construye. Escribir entonces se vuelve un acto más que mostrar, se vuelve el acto fundamental del "definir" pero sobre la base de esa luz que arroja sobre lo que nombra, entonces también lo oculta, en está dialéctica habita la poesía, en ella existe.
Ahora veamos el sexo, lo sexual. Lo sexual y el sexo son actos animales, con fines claros reproductivos que en el caso humano, como en el de otros tantos mamíferos, tienen como resultado un placer nervioso, que llamamos orgasmo. Visto así, en la fría inspección de una descripción científica, no se puede alejar mucho de líneas como la siguiente: "...entoncesla senté sobre mis piernas, mientras fumaba en el retrete, y le dí duro, durísimo, hasta escucharla soltar leves gemido, que iban aumentando mi excitación..." Es necesrio entonces que el sexo y el coito como tal no sean sino descripciones de un comportamiento. La escritura que base su razón de ser en esas descripciones se ve siempre forzada a ser situacional. Poner escenarios distintos para retratar lo mismo, el mismo desenlace, que jamás podrá escapar al hecho de excitación, orgasmo, penetración y humillación de una de las partes. La sexualidad en su lado simple es una relación de poder entre pares.
Pero la cultura tiene necesidad de escapar siempre a lo meramente dado. A lo que actúa sobre nosotros. Entonces nace la palabra, que funda ya algo sobre el objeto, quelo viste para poderlo poner ante nuestros ojos y sobre nuestras bocas, que se confirma estático y verdadero al ser escrito. La palabra es el gesto simbólico.
Explicitar el sexo con la palabra anula la posibilidad de la poesía, que se mantiene en esta comunión del irse y quedarse del lenguaje.
El erotismo es de otra naturaleza, debe resisitirse, por necesidad misma de la poesía, no por recato de ninguna clase de ley moral (moral aquel que extiende el reino de Dios hacia el sexo). La palabra debe rodear siempre el mero sexo, lo mero dado, el mero penetrar-venirse-cansarse. Por eso la palabra funda el deseo. Por eso el erotismo funda el juego.
Pero de eso... de eso... escribiré en otro momento.

sábado, 20 de noviembre de 2010

Hay ángeles... de "Las Cunas del Éter"

Dicen que hay ángeles oscuros mujer,
oscuros como dioses primitivos
a los que no alumbró ningún fuego
y jamás conocieron sus nombres.
Oscuros como las gargantas de las cuevas
donde el hombre inventó la imagen.
Osucros ángeles mujer, ¿no los ves?
Aletean ocultos,
ennegrecidos de su propia gracia
¿los oyes?
Les dicen silencio.

Y a los blancos,
a esos de alas como truenos,
a esos...
les dicen tiempo.

Y vendrá la noche mujer
donde exhaustos nuestros brazos
de enfrentarse,
perdidas nuestras espaldas
de buscarse,
quemados nuestros labios
de rozarse,
los atraparemos impávidos
y los desplumaremos
para hacernos una cama mujer,
de silencio y tiempo.

miércoles, 10 de noviembre de 2010

Arte Poético II de "Los Versos Felinos"

Hay un preludio en el que me detengo,
un paso que no doy,
volteó entre una cuna de sombras
me amarro a las fisuras de mi carne:
en resumen me rompo hasta disgregarme
hasta confundirme con el éter,
incia entonces el sueño,
entonces se abre la flor de loto
y me sumerjo en el espacio-vacío.

Juego a inventar estrellas,
casi puedo sentir su calor,
juego a disparar cometas
organizo una coreografía de aerolitos
estoy entre las nebulosas
en los quásares me besan
con sus ondas compulsivas,
me dentengo abierto
atónito
en la imagen maravillosa de los astros
invadido -inundado- inaudito
en el concierto de los brillos siderales.

Un instante más tarde
todo está extendido
y existe como por inercia,
me sorprendo en el delirio de las formas,
absorto en la gracia frágil del movimiento
un coito impávido
detenido sobre sí mismo
y en sí mismo girando
inumberable
se condensa y se amplia
hasta tocar su propio comienzo
cuando ya ha acabado su amplitud.
Creación.

Palpita un pulso entre el oscuro
inescindible
se repite entrelos pliegues de la nada,
abre una fuente
y todo se representa
Aparecen las líneas y los puntos
se congregan los matices
la luz enloquece de blanco
y se difracta en todos ellos
cada uno engendra el color dubitativo
que a cada paso va adquiriendo el tono:
llora el sonido
se extiende y conoce su propia escala,
en ella se reconoce por siempre
y avance en siete notas difusas
escalera de su espina por la que se irgue
y se entrega al vibrar de la molécula.
Hay complicidad en todala materia,
se agita en el oscuro que la conforma
sin-forma, llega entonces la figura
se abre una perspectiva
y todo sucede,
un parpadeo,
una extensión,
un llanto que ha durado su propio lapso
lapso de eternidad que no se escucha
por ser previa al sonido
previsible, antes de que el ojo
mirara el ojo que lo mira
y en ese mirar se incendiara el mundo.
Antes de cualquier palabra
cualquier punto
cualquier signo
ya había empezado este poema...

Me detengo en un preludio,
ya di el paso.

martes, 9 de noviembre de 2010

Sin título de "2509 km"

Sín Título

Maldición
Desperté dormido esta mañana,
Miré el rostro blanco de la aurora,
Y entre mares de sábanas frías,
Me encontré con mi amante,
Tu ausencia.

El caso es que habita todo el tiempo mi alcoba,
Me acompaña al banco
Hace fila en el pan,
Y pide parada al camión,
Si me descuido dice cosas
Versos que me escribe en la lengua,
Luego yo voy por la calle
Murmurando en voz baja.
Si volteo me pincha el estómago
Y revolotean sus mariposas,
Digo tu nombre en silencio
Y le pone nuevos colores a las cosas.

sábado, 6 de noviembre de 2010

A Ulises (non-nato)

Te voy a contar algo, pero no se lo digas a tu madre, a la que abandono a la esperanza de las lágrimas. Te lo voy a contar quedito a la oreja.
Teme siempre a las mujeres hijo mío,
témelas profundamente, las palabras de amor que te entregan
entragan también a otro buen amor,
no creas nunca en lo "uno",
no creas en la comunión que te prometen,
te confieso hijo mío
que en mi labor de poeta he descubierto una sóla cosa
la poesía la inventaron los varones
para protegerse de las vocales mortales de las féminas.
Quizás aún no lo entiendas,
quizás ya sea demasiado tarde.
Hijo mío, rehúye del amor lo más que puedas,
no existe la complementariedad,
la igualdad que extendemos nos toma desprevenido
y nos destroza...

Vidas Paralelas (Isonimia) de "2509 km"

Vidas Paralelas

Tengo una vida alternativa en tus palabras,
Es suave como un viento de mayo
Invisible, casi etérea,
Una vida liviana entre las estrellas.
En ese mundo el aire tiene lenguas
Que me besan todo el tiempo,
Los muros tienen puertas
Que se abren a tu cuerpo.
Tengo otra dimensión en tus pupilas
Cuando se cierran para declamar la mirada del día,
Algo se agita entre el silencio,
Tus manos que dirigen el cosmos,
van deshilando el horizonte,
le tejen, dices, una cobija a mi tristeza.

Hay un puerto entre tus brazos
Que cada verso tuyo me promete,
Como luz de lejano faro
Surcando el mar de lo inconsciente,
Estás inscrita en mis horas,
Y mi palpitar te busca.

Abres una opción en cada rosa,
Todas las aves en vuelo me invitan,
A pasar una instantánea eternidad
Envuelto en tus brazos de ceniza.

viernes, 5 de noviembre de 2010

Advertencia (Reglas del juego) de "2509 km"

Advertencia

Que nadie inicie un juego si no está dispuesto a perderse,
No se erguirán más imperios en la noche
Hasta que no se rebelen las máscaras.
Que nadie encienda un fuego si no es con su propia chispa,
No arderan otras cosas más que las palabras,
Ardera el incendio de lo oculto.

Pudiendo acercarnos a las cosas,
Damos vueltas alrededor de ellas
Profiriendo nuestro ser copulativo,
Y el humano es coito perpetuo,
Unido por dos términos :
Masculino y femenino,
Sin método preciso de acercarse,
Ni destino determinado de lograrse,
Se extiende entre ellos la poesía,
Las palabras y las cosas,
Se extiene entre ellos el beso melancólico del agua,
Una humedad que portan en sus sexos,
Que forma ríos que arden en sus venas ;
Pudiendo acercarse al mundo
Se dan la espalda.

Más ¿quién podría ver el pájaro en vuelo ?
Si se deliza entre un canto de nube,
Ebrio de azul,
¿quién dejará al pájaro ser nube,
A la nube ser cielo, y al cielo mano ?
¿Quién tocará con esa mano
La mano que le extiende el horizonte ?
Sólo el silencio recrea el movimiento,
Sólo el silencio entiende al tiempo,
Sólo el silencio habita en el espacio.

Pero ese ser copulativo de lo humano,
Habita el mundo con poesía,
Transforma el silencio en su planicie
Para erguir en lo abierto su coito.

Que nadie ponga el punto final a una mirada
El ojo rompe el ojo que lo mira
Y en ese reflexión se extiende el mundo.
Que nadie busque su patria en las palabras,
Dando la espalda al horizonte,
Que nadie cierre sus ojos con palabras.

miércoles, 3 de noviembre de 2010

Escorzos y Distancias de "2509 km"

Escorzos y Distancias

Esta noche te pareces al insmonio,
Me abres los ojos en cualquier parte,
Todo el tiempo me sigues,
Y cuando volteo sólo hay calles vacías,
Rostros impávidos,
Que no son el tuyo.

Esta noche te ocultas en el alfabeto
Y yo escribo estas líneas para encontrarte,
Deshilo el enunciado,
Desmonto la palabra de su significado
Y en el absurdo que queda,
¡aún no apareces !

Te tengo sólo en las formas espontaneas del recuerdo,
Fragmentado hasta el cansancio en tus apariencias,
Esta noche deshebras el mundo
Comprimes el tiempo,
Y dejas huérfano al espacio,
Inerme de tanta presencia tuya,
Que ya no contiene tu forma lejana
Y te presentas entonces de todas maneras,
Más preciosa y más rica que todas tus formas,
Te abres al mundo como explosión del éter
Y cada rincón del cosmos siente tu tacto.

Rompiste la noche,
De pronto,
No avisaste a los astros
Aún tiemblan de frio,
Quebraste el espacio,
Sin anticipo
Sin darle tiempo a los kilómetros
Para disolverse
Viniste a mi canto,
Inédita,
Y te inventé una forma entre las letras,
Caíste en mis brazos,
Desnuda
Y ya no hubo más palabras para las estrellas.

lunes, 1 de noviembre de 2010

Te Busco de "2509 Km"

Te busco

Entre mares de símbolos donde me sorprende tu forma,
Entre camas desiertas que se incendian al alba,
Entre faros ciegos que reflejan sin naufragio,
Entre labios entreabiertos por donde escapa tu nombre,
Te busco…

Disfrazada en el sueve coito de los astros
Oculta entre los laberintos del lenguaje,
Disimulada, quizás, en el afán de las tormentas,
O perdida entre las gritos de una llama,
Te busco…

Contenida en el suspiro que me embriaga por las noches,
Atónita en el reflejo donde no te presentas,
Figurada en las formas que le doy a estas letras,
En palabras que escribe donde a veces entras,
Te busco…

Imaginando tus ojos leyendo estás líneas,
Te escribo,
En el recuerdo inútil de tu gracia frágil,
No te encuentro,
En cualquier pensamiento, que te contiene
Que te define y delinea,
Este encontrarte y perderte
Donde siempre te busco.

domingo, 17 de octubre de 2010

CANTOS PARA LAS ÁNIMAS

Cantos para las ánimas

Primer Canto:
¡Alabado tatá dios, nana Yuritzi y San José, madre dolores, y matatá dios!
-Canción popular Purépecha –


Despierta el dios en sí mismo,
Una culebra se arrastra mordiéndose la cola,
A lo lejos,
Sobre un lago ennegrecido,
Se encienden luciérnagas de cera
Ha llegado el momento del retorno
Reza en voz baja, mi niña.

Plata oscurecida, mi niña,
Canta esta noche, el canto de los muertos
Murmullo oleaje del lago,
Como el aleteo de la mariposa
O el zumbido del colibrí
Todo lo que apenas se arrastra
Que acaricia el silencio
Trae a las almas, mi niña,
A las ánimas del purgatorio.

Y el ojo mira,
En la mirada el ojo se refleja,
El ojo es el mundo,
Es la luz de la veladora, mi niña,
La luz del alma que pena.

Profundas lenguas,
Lavaron su cuerpo
Diluyeron su forma
Pero su esencia
Quedo intacta, inquieta.

Ahora viene por el camino, mi niña
¿ves las luces que le siguen?
Ahora viene por el camino de sal, mi niña.

Segundo Canto:

Deshoja la flor de muerto,
El hombre blanco dice
Cincuenta flores diminutas,
Deshójala en silencio,
Deshoja sus cincuenta flores,
Hazle una cama a tus lágrimas
Blancas como la cera
Con sus 50 flores diminutas.

Dicen que la flor la trajeron los muertos
Una vez hace tantas lunas,
Cuando el caracol no había terminado su espiral
Y la última gota no había caído en la tierra;
Dicen los antiguos, que la flor
Tiene el aroma del suelo inverso,
El aroma del sexo de la diosa de la muerte,
Dicen que con la flor vino la primera palabra.

Además dicen que florece en Noviembre
Porque es cuando la luna acoge el mundo
Se reconcilia su romance con las aguas,
Y de su coito florece el xempaxochitl.

Tercer Canto:

Haremos un altar
Lo erguiremos en la noche
No se han erguido alteres en el día

Haremos un altar
Para que tu ausencia repose
No se ha diluido tu presencia todavía

Haremos un altar
Con la flor y con el roce
El agua clara, la vela encendida.

Haremos un altar
Para que tu alma lo goce
Olvidando su transparente melancolía.

Cuarto Canto:

Tiemblan nuestros rostros
Entre pasillos de espejos,
La noche conspira con nosotros,
Oculta sus reflejos.

Cantan oscuros pájaros
Susurran todos los insectos,
Las hojas caen en lo oscuro
Las piedras lloran en lo abierto.

Las almas arriban
Cae la niebla con el silencio
Una nave gris se desliza
Sobre el lago y sus espejos.

Guarda silencio, mi niña,
Los muertos no tienen ojos,
Las velas son para los vivos,
Para ellos, los humos y los antojos.

No vayas a probar la comida
Tiene aroma de muerto
Cuando se hayan ido, mi niña
Ya no quedará sabor en el grano.

¿Oyes sus voces, niña mía?
Son las voces del viento,
El aire juega de día,
De noche el aire es su eco.

Quinto Canto

Preguntas quién guía a los muertos
Los guían los colibríes de la noche,
Oscuros como las tumbas,
Cantan en el idioma de la niebla,
Se confunden entre los oyameles,
Hacen temblar las velas con su aleteo,
Revuelven los cabellos y las trenzas.

Los muertos desfilan por el largo sendero de la nada
Atónitos entre aroma de palabras,
Rezos que ya olvidaron
Dioses que los abandonaron en el páramo de espejos.
Mi niña, esta noche las almas en zozobra
Arrancan los pétalos de las flores,
Este escalofrío que nos recorre
Son sus caricias de ansiedad entre las horas.

Mi niña, saluda a tu padre
Es la sombra que pasa junto al templo,
La que arrastra una cadena de palabras,
Es la sombra transparente,
Sin oscuro
Oscurecida sólo por las velas,
Ahora tiene piel de niebla,
Su lengua es el aire,
Su idioma el de los peces, mudo.

Mi niña, veo que hiciste un altar
Huérfana,
Perdona este año vida mía
Tu madre no encontró el sendero de las formas.

Ciégate mi niña,
Para que entiendas que la oscuridad no es uniforme,
Para que encuentres la sombra de tu padre,
En este reino de penumbras,
En medio de la niebla
Extiende tu mano a la mano que te toca,
No es el viento de invierno niña mía,
es tu padre.

miércoles, 13 de octubre de 2010

Escorzos.

Fue largo el camino de mis ojos a la ausencia,
pasaron primero entre fuegos...

Fuegos quebrados, acariciados por un eco tan profundo que hicieron mi voz como un grito.
Fuegos de música que hicieron mi piel como una partitura tachoneada con tinta de las lágrimas del Limbo.
Fuegos silenciosos quemaron mis íntimas bestias, mis juguetes de niño.

Luego tuvo que venir la sangre...

Sangre oscura y espesa como líquida neblina que corre entre una interminable línea de espejos.
Sangre escarlata de las uvas que Dionisios derramó al nacer y que yacen en el pubis de las niñas.
Sangre de momentos sucedidos en los que el reloj es un eco que se repite en línea recta.

Más tarde se ahogaron los peces.

Se ahogaron tímidos peces que no aprendieron a parpadear ante la combustión de las aguas de mi sexo.
Se ahogaron entre remolinos que simulaban muslos, entre mareas que simulaban besos.
Se ahogaron en los estanques turbios de mi última canción de niño.

Finalmente perdí mis alas...

Y ya nunca fui pájaro que volaba en el cielo ebrio de azul.
Tampoco pude ser ángel a pesar de ser terrible, y mis ojos no conocen la belleza, y la buscan con ansías de ausencia.
Y ya nunca pude volver a volar sin otro cuerpo que me sirviera de aeroplano o de cometa.

Después de tanta ausencia, sólo conozco la poesía.

lunes, 4 de octubre de 2010

Poesía en México.

Debe crecer el genio en raíz del absurdo,
poetizando el queroseno,
el genio ha de ser un poeta en llamas,
consumido por su propia gracia.

Cuenta la gente que en la tierra
donde los hombres se hacen dioses,
no hay ni uno sólo,
de entre las filas de muertos de los modernos,
nadie ha querido romper el esquema.

Tantos símbolos carga nuesta patria
que sería excesivo producir un genio,
aquí en esta tierra
la poesía esta inmiscuida en la carne,
se respira entre mistamal, atole y tequila,
la ingenuidad y la resignación
ciegan el impulso
lo arrojan fuera del país,
aquí no hay genios
porque la poesía no ha hecho ese gesto de reparo,
de separarse de lo cotidiano.

La absuridad nos encuentra a cada instante,
en todas partes está el desdoblarse de lo simultáneo...
aquí...
conviven el fervor, la pasión y el recato
en cómoda fiesta de colores tan vivos
que noha pintado ningún cuadro,
aquí...
las aguas aún lloran de noche
y no dejan espacio a las palabras.
aquí...
los paisajes son más extensos que los ojos,
jamás se les abarca,
¿cómo atreverse a romper la poesía,
si es la comunión secreta que se tiene con el todo?

En México cada gesto es un poema,
hasta el del taxista tocándose el pene frente a la señorita que pasea por la calle
con paso de Santa en celo,
desde el parroco pedófilo que hace agua bendita con un garrafón,
hasta el pobre que espera en diálogo con sus lombrices
la limosna de los que comen atiborrados en los estancieros.
Cada gesto en México es un gesto de exceso y locura,
¿cómo ser una soledad en llamas en este vaivén del absurdo?
¿cómo alzar la voz en la demencia?
¿Pueden contener a México los versos de Gorostiza?
¿Pintó Frida u Orozco la mitad de los matices de un mercado?
¿Paz en su laberinto, pudo encontrar al mexicano?

Aquí nada se rompe, no hay vanguardia
todo está hecho y perdonado de antemano,
nada ocurre en México
los mayas abandonaron sus templos en silencio
los indígenes tarascos resistieron 600 años en silencio,
las asesinadas de Juárez tragan arena y silencio,
¿qué puede impactar en un país
donde se celebra a la muerte en un baile,
dónde la gente es venado y gira a 15 mts de altura
a dioses olvidados?
¿Cómo romper algo en México?

Es una tierra que no es tierra
sino laúd,
movediza, engañosa
¿cuándo hubo estabilidad
como para considerar una fractura?
En la cuna del engaño,
la dispersión,
la contradicción
y el sinsentido
¿qué poema puedo hacer
que no haya sido trazado
en las columnas de un diario?
¿Qué metáfora más excelsa
que las casas de las putas
construidas dos cuadras más abajo
que las de alta alcurnia?
¿Qué parábola más amplia
que la de los santos con nombre en mixteco?
Imposible innovar en México,
el poeta mexicano tiene condición de eco.

Sintomatología

Sintomatología

Quien escribe está enfermo,
porta una enfermedad sangrada,
incuba los oscuros gérmenes del asombro,
su sangre es vino amargo,
sus ojos languidecen en la noche.
Esc ribe en un impulso de la fiebre
Un calor interno que le ciega
Y toma posesión de sus palabras,
Está enfermedad se hace poesía
Y se contagia.

Para identificar tales enfermos
es necesario observar sus movimientos:
Pausados pasos como de pájaro detenido en vuelo,
brazos que a todas horas asemejan aletas,
un mirar perdido, como acarciando,
la temperatura del río que fluye gritando.
Además hay un cambio en la dieta,
el enfermo de escritura se alimenta de carne,
todo el tiempo busca una piel para saciar su hambre,
no bebe más agua, se avoca a la sangre
la bebe despacio, en versos,
es su propia sangre.

Hay más síntomas que los delatan
como sabemos que toda enfermedad es psicosomática:
Hay en sus palabras, como una falta,
son largas y confusas, se enredan y dilatan,
imitando las ondas que hace una roca sobre el estanque,
sus palabras son vagas.
Hay en sus caricias algo de temblor,
las manos se excitan a cualquier tacto,
los labios todo el tiempo buscan un beso.
Como quiera los enfermos de escritura
poseen una falta psicológica
la mayoría de ellos perdieron su infancia,
otros tantos tratan de recrearla,
a menudo son niños tristes
que juagaban con castillos de tierra
ahora los hacen de palabras.
Nadie les enseñó buenos modales,
ansiosos, escriben en impulsos,
cotidianos o arrebatados,
un lapso pueden durarles 10 años.
Tienden a la tristeza y al furor
con tal vuelo que parecen siempre divididos,
no conocen la culpa,
sólo el sabor del olvido.

Quien escribe está enfermo,
una enfermedad sagrada,
reclusión y tinta
es la única cura para solventarla.
Se propaga bien por el aire
Pero su medio predilecto es el papel,
Basta con un roce de los ojos
Sobre las letras
Y la enfermedad empieza a trepar por el cuerpo
Penentra por todos los poros,
Hace temblar
Y causa inquietud.
Basta con escucharla una sóla vez
Y se queda íntima en el cuerpo
Aunque el paciente no se de cuenta,
Ya pasa formar parte
Del delirio del poeta.

No hay cura para la poesía
Enrarece hasta el silencio,
se alimenta lentamente el cuerpo
y sale siempre
en forma de primeros versos.

sábado, 2 de octubre de 2010

Fulgor

Hay que salvar al fuego,
salvarlo de las negras lenguas de la noche,
salvarlo del oscuro mirar del frío
y del brutal tacto del incendio.

Este fuego que salvamos es su propio fuego,
y en sí mismo se consume,
con blancos ojos que miran lo que escapa,
que detienen el avance de las formas,
este fuego dibuja las estelas.

Hay que salvar al fuego,
ponerlo alto donde no la alcance un párpado,
donde el ojo no refleje su brillo
para que no haya conciencia,
que aprenda a consumir el mundo con su mirar
al ver en sus pupilas la luz de estas brazas.

Hay que salvar el fuego, sobre todo del aire,
que lo amplifica y lo esparce,
del aire fugaz amante en el que se consume;
hay que salvar al fuego del aire
que trae palabras y viene el día,
seguido de la noche, y del alba
y las palabras son volátiles
y estallan en el fuego...

Cerca de la llama,
nacidos de la oscuridad de un útero,
hay que salvar al fuego.

jueves, 30 de septiembre de 2010

HOY INICIO LA REBELIÓN DE MI MIRADA,
ATRAPADO EN EL SOLILOQUIO DE UNA BOCA LEJANA
QUE SE ABRE PARA DECIR MI NOMBRE,
EL TIEMPO ES EL ACARICIARSE DE LO SIMÚLTANEO.

HOY MEZCLO TUS PALABRAS EN MI SANGRE,
ATÓNITO ANTE EL ESPEJISMO DE TUS BESOS
QUE INUNDAN EL TORRENTO IMPÁVIDO DEL COSMOS,
Y LA DISTANCIA ES LA FRICCIÓN DE LO POSIBLE.

jueves, 23 de septiembre de 2010

El poeta de pie.

Yo sé que suspiro de noche,
densos humos de copal,
que viajo entre mangles y lirios
hacia el agua inmortal;
sé que entre rocas insomnes,
con ojos que miran el día,
se oculta mi voz antigua
con la que ahora hago poesía.

Sé que en el tenso rumor
de las cosas que se rompen,
encontré el estretor
de los niños mientras ríen,
a carcajadas, borrachos de infancia,
perdidos entre las coníferas,
acariciados por la neblina,
los niños de la montaña,
de donde está mi canción.

Se qué mi tierra se abre
en caminos ded curvas tan amplias
que parecen líneas rectas
penetrando el horizonte,
junto a los caminos crece la amapola,
en lento y morado baile,
que ensayo en este poema.
M...M...O...O...R...R...A...A...D...O!
Sé que los colores se inventaron en mi tierra
cuando la luz originaria brillo sobre su cien.

Sé que en los ojos de mis mujeres,
se refleja mejor la mañana
abriendo un suave espacio al atardecer,
que llevan la lucha, nacen con el llanto
y por eso su canto
no es imitado ni por el tizón.
Sé además, que sus manos
antes de conocer tacto de hombre
aprenden a acariciar pechos en hilos del mimbre,
sé que tallan sus sueños con finas maderas,
y que hacen altares a almas venideras.

Sé que vengo de un lugar donde se contradice el sueño,
donde la tautología se afirma en cada boca,
la verdad es un baile de dos pasos,
una mirada certera
y un saludo que sólo dan los ancianos.

domingo, 19 de septiembre de 2010

Sobre el paradero del poeta

Sobre el paradero del silencio

Enfermó de altura,
Sus letras siempre volaban.
Se perdió en el vacío del espacio
Por subir a pintar las estrellas.
Se quedó cojo,
Cuando trato de alcanzar el horizonte.
Y se ahogó en un charco
Cuando intento soñar con los peces.

Dicen que su poesía planeaba,
Que sus versos eran de aire,
Palabras de aire y en el aire vivas,
Que no hallaron más que smog y torres barrocas
o góticas campanas de la misa.
Dicen que nació en una tierra de dioses-narcisos,
Entre olores de carnes extrañas,
Y pueblos impronunciables en lengua castellana.

Otros dicen en cambio, que su poesía era de astros
Y se perdió en las yacatas silenciosas,
Que vinó a coserse como reboso,
O a tallarse sobre el madero.
Que sus líneas se ennvolvieron entre redes
De los pescadores de la “puerta del cielo”,
Que se abandonó en una isla,
Y de cobre le hicieron su encierro.

Antes que la caña tuviera el hongo,
El ya se había configurado en santo,
Se perdió entre mojarras y charales,
Conversando quizás con la culebra,
En los diálogos interminables en el dilecto de la piedra.
Dicen que poetizaba sobre el cielo,
Porque el cielo bajo el que poetizaba era el mundo entero,
Que en su ciudad todavía aún nacían las estrellas,
y la cantera todavía retiene su llanto.

Dicen que lleva una máscara de anciano,
Otras veces una de aberrante alebrije burlesco;
Baila como iguana, recolecta la flor de muerto
Y hace pan de ceniza y nata.
Dicen que se encuentra en la nieve del Tancítaro,
En el diptongo impronunciable del tarasco;
Dicen que los colibrís dibujan sus versos
En el húmedo calor del chubasco.

Dicen que olvidó el alfabeto, porque su pueblo era iletrado
Que tanto surrealismo lo consumió en el delirio
Y que ahora toca un son en cualquier quiosco.
Dicen que es un pez blanco enceguecido
Por los rostros de los dioses que se reflejan en su lago.
Hay nombres extraños,
Trabalenguas que no esperan la poesía
Y la recrean en pronunciaciones
Que forzan a la lengua a hacer cosquillas.

Trepó a los cerros que paren mártires,
Entró a los bosques que escupen santos,
Nado entre las aguas de pecesvque sueñan el ocaso
Dormidos bajo la mirada de los dioses.
Se perdió entre las ruinas de basalto,
Ahulló en el pueblo del coyote – Ihuatzio –
Se arrojó al cráter del volcán que duerme,
Y se perdió en una cañada, con 11 pueblos
Que nadie conoce.

Era tan anónimo comos los lugares
Casi mágicos de donde venía,
Cubiertos a veces por la niebla
Ya sea del mito, ya sea de la miseria,
Se disgregó en la multiplicidad incontenible
Dejo el caos para volverse tierra.

Gerardo Cielorraso.

domingo, 5 de septiembre de 2010

Líneas

Estoy temblando hasta las venas,
Prisionero en mi epidermis,
Siento los segundos rasgarme suavemente los ojos,
Desgarrarme la boca,
Aturdirme los tímpanos,
Y traerme el frío de la angustia.

¡Que el Ser se oculte!
¡Que se quede en su casa de lenguaje!
Yo no quiero regresar a la verdad,
No quiero sentir su luz calcinante,
Su originaria fisionomía de monstruosidad,
Incontemplable,
Prefiero seguir ocultando a los demonios
Arrancándole las alas a los ángeles
En un juego de triste y pulsante poesía.

Y llegan pocas líneas tuyas,
Y el mundo se reafina,
La luz vuelve a acariciarme,
Y sonrío…


Gerardo Cielorraso

sábado, 4 de septiembre de 2010

De Espirales y Esmeraldas.

A Esmeralda

Lo confieso, no te amaba,
pero me sentía infinitamente menos solo entre tus horas,
tu existencia me hacía sonreír a cada instante,
eras las contradicción de todas mis ideas,
la regresión del impulso de reconocimiento.
Invadiste mi mente de pronto, con tus hordas justicieras,
y me arrebataste tu imagen del almacén de las memorias.
Había incendio en las venas, había magma en los ojos,
había besos que el viento no contiene,
de esos que cortan la respiración, y confunden el llanto y la risa;
había también un río que fluía indetenible hacia ninguna parte
y que de ninguna parte provenía,
habían también las perlas de tus ojos,
había también la gracia inédita de tu existencia...
Todo te lo llevaste, me vaciaste, como un huracán a las costas,
me arrojaste a las afueras de tu vida,
en las costas de la cotidianidad, del"buenos días".

Ahora escribo este pliego petitorio,
a manera de epitafio, porque encerraste el niño que jugaba en tus cabellos rubios,
y que a tu lado olvidaba siempre decir Te amo.
Qué sinceridad puede haber en un poema,
¿no es la palabra el acto de ocultar lo que se siente?
¿no es el poeta acaso un fingidor, que finge que es dolor
el dolor que de veras siente?
Y es que de vez en vez encuentro tu figura entre la música,
ya no puedo escuchar a Wagner sin el compás de tus palabras,
odio ver bajos en vitrinas,
y me destroza el color de tu nombre.
Por eso escribo, para fingir el dolor que me quema
la soledad de saberme exiliado en esta tierra,
sin más hermandad que la de los astros,
y la de la espiral, ese círculo engreído que se niega a cerrarse,
como la historia que yo te construí,
como el significado que no acabo de darte,
la puerta que dejaste abierta al salir, tampoco quiere cerrarse,
ni la herida que me hiciste,
ni la máscara que me quitaste.

Miro todo el tiempo las promesas que no me hiciste,
repito nuestras conversaciones en voz alta,
pero sólo surges depronto, entera,
como entre estás líneas donde intento ocultarte,
tenías el poder de trasnformarme
y sin embargo me dejaste al borde del filo,
entre la duda que duerme siempre conmigo
y la certeza de la que he sido asidio enemigo;
Te oculto entre estos versos,
porque estoy en luto,
ese que sonreía con tus ocurrencias ha muerto
pero su cadavér se niega a ser enterrado,
le he puesto todo tipo de lápidas
sólo el silencio sabe cuántas veces lo que cremado,
extraño saber que era feliz de saberte viva,
porque me niegas la confirmación de mi exitencia,
resumido he sido a un simple "¿cómo has estado?".

Más que un rayo que me tocase
con la inminencia de tu rechazo
me entierras día con día
con las piedras delas horas
quepaso esperando, que vengas y me digas
que estás líneas que escribo, estoy exagerando.


Gerardo Cielorraso.

viernes, 3 de septiembre de 2010

Entramado del cielo 1

Rompiendo el pacto acordado entre dos puntos,
el pacto de la línea recta,
escindes todas las distancias,
y hasta un fotón que me ilumine es tu beso.

Viviendo en el recuerdo de tus ojos,
soy esclavo de todas tus mitologías,
te construyo templos de palabras,
donde habitas, silenciosa, verdad revelada del enigma.

Entonces sucede la risa,
y el horizonte se desgasta en la cosquilla,
sucede que sonrío sin motivo,
y te dibujas unos instantes, en mis pupilas.

miércoles, 1 de septiembre de 2010

Elogio de tu aroma vegetal.

Le escribo a tus ausencias como quien le escribe a su propia muerte,
del altar que te hice, como oscuras flores, bebo ácidos néctares,
me unto el cuerpo con rojos pólenes, y me hago una guirnalda de angustia.

Nacida en cada sitio donde se destroza un pétalo,
donde se pulveriza un rosal hasta las espinas,
eres el fruto insostenible de la orquídea.
Las hojas que me envuelven te respiran,
de ti se nutren sus raíces húmedas de mi tacto,
cada poro infínimo de un tallo, te busca,
y entras entonces en todos los cloroformos,
color insospechado de la flor del cacto,
que vive un sólo día entre tus pechos,
florece de ti, y arroja su aroma al viento,
acaricia todas las narices su perfume,
entonces se levantan suaves retoños
de los árboles besados por el rayo,
y toda una selva, comienza a conspirar en la piel de algún desierto.

Le escribo a tus esencias, como quien le escribe nombres al aire,
de la corola de tus cabellos, he hecho todas mis cruces,
me clavé a ella con sus espinas, martirio de tus flores íntimas.

Ante mi mirada huérfana, se deshacen todos los ramos,
e inicia la secreta rebelión del pistilo,
entonces toda flor es posible,
gritan las margaritas su propio amarillo,
los tulipanes desnudan sus vulvas,
y el alcatraz deja volar al niño que acuna.
Ante la flor de fuego de tu aroma,
se incineran todas los pétalos,
se tuercen los tallos más firmes,
hacen reverencia los girasoles
y alzan la cabeza los narcisos.

Soy jardinero del campo abierto de tu vientre,
donde está comunión de las flores negras de tu sexo
con los delicados anturios de tus pechos,
coronados con los geranios temibles de tus ojos;
podo suavemente sus perfumes,
transplanto las orquídeas de tu espalda,
colocando delicadas flores del paraíso en tu boca,
extiendo campos inagotables de la flor de liz en tus piernas.
De pronto en tu ombligo se abre un loto púrpura,
liberando el aroma de tu vientre
tan absoluto, tan insospechado,
que me inclino a llorar entre tus brazos,
tibias semillas me lavan el cuerpo,
tus estigmas ocultos me tallan las manos
callosas de plantarte en cada sitio;
tus filamentos dejan aureos pólenes en mis ojos,
con los que duermo, soñando el sueño de tu estilo.

Te escribo como quien se compró una maceta con flor de noche,
y nunca puede ver sus pétalos, y se sorprende cuando los encuentra en el cielo,
en la constelación del aroma de tu aliento.
Escribo como quien intenta traducir un perfume, describir una fragancia
o palpar una concentración de éteres,
tu figura se volatiza entre mis dedos,
sólo tiene cabida en mi nariz, sólo tiene la forma del aire.
Escribo como quien está ciego, escribo, como quien tiene miedo.

Gerardo Cielorraso

Elogio de tus ojos

Todo lo que veo, lo veo desde tus ojos
faroles inaprehensibles con los que iluminas el mundo.
Me colocas en ese mundo con tus ojos,
soy la idea cromática de tus ojos,
y todas sus hermosas distinciones figuradas.

En tus párpados se las juega el día,
todas las selvas y bosques aguardan tu llanto,
el paso estelar sucede entre miradas,
se extiende el mundo de tu lagrimal a tus pestañas.

Tus ojos no ven el horizonte, lo trazan,
no se conforman con el día, lo oscurecen y lo aclaran,
son tan potentes tus ojos, que miran a través de los sonidos,
penetran sus pupilas los aromas,
íntima mirada que deshila las entrañas de la roca,
voyerista del coito de los átomos.

Siento que el mundo se disuelve si no miras,
desaparecen todas las distinciones de las formas,
el horizonte enloquece, y se craquela el cielo;
cuando párpadeas se suspende el tiempo unos instantes,
hasta los ríos detienen su cauce,
algún volcán del círculo de fuego cesa su llanto de magma
y por unos segundos el universo entero siente la angustia de lo estático,
hasta la vibración de las moléculas, temblando de miedo, para.

Abres los ojos nuevamente y el Cosmos respira,
regresa toda la cinética, continua el risa luminosa de las estrellas,
y todos los seres, siderales o terrenos, sienten la móvil alegría de tu mirada.

Gerardo Cielorraso

lunes, 30 de agosto de 2010

Miradas y Deseo.

Nuestras miradas iniciaron un juego,
sólo descrito por la noche,
escrito en el roce de dos chispas
que se ahogaron en el oscuro,
consumiéndose.

Establecimos vínculos de inmortalidad con el silencio,
renunciamos al preludio de las letras,
recuerdo que del juego nació la pirotecnia
que fui a encontrar entre tus piernas.

Emanó un nuevo lenguaje de tu espasmo
sin gramática, ni acento, ni palabra,
contenido sólo en el naufragio
de una cálida e íntima mirada.

Lenguaje de luz apuñalada,
atravezada por su propia gracia,
detenida al punto del contacto
el lenguaje conoció tu piel blanca.

Se rompieron fibras íntimas,
gritaron todos nuestros poros,
desgarrados hasta la poesía
nos ahogamos en los himnos del sexo.

Levanto hoy un nuevo estilo,
me esgrimo contra toda ausencia,
la necesidad es admitir que se carece,
el desear es la forma de sentir presencia.

Gerardo Cielorraso

domingo, 29 de agosto de 2010

Llanto de los Gatos.

"Las palabras no hacen el amor, hacen la ausencia"
-Alejandra Pizarnik -

Intento escribir un poema donde quepa tu sonrisa,
un verso preciso que describa tu mirada,
le busco lugar a tus ojos en las letras,
y hago una réplica de ti entre el lenguaje;
debo confesar que olvidé mis sílabas en tu cama,
y en tus mejillas derrame mis vocales.

Abierto hasta las venas,
expuesto al mundo como un aerolito incendiado,
me arrancas el vuelo todo el tiempo con tus ecos,
de la mancha de tus versos son mis alas;
incinerado por la combustión de tu ausencia,
soy el poeta en llamas,
azotado por los relámpagos de tus caricias,
víctima de todas las distancias,
rasgo los kilómetros en mi garganta
ahogada de tantos paroxismo
que he de expulsar en gritos de tinta.

Debo organizar tus tactos en palabras,
darle a tus espasmos forma tibia de poesía,
¿dibujan las letras tu fuego?
¿Cabes acaso en la fonética?
Materialidad insospechada, la poesía es una ausencia,
escribo porque sé que estás perdida
te extraviaste en el bosque de mi mente
habitada por corolarios e implicaciones de queroseno,
te recubriste en el barro del recuerdo,
eres ahora imagen de tu imagen, más preciosa
que todas tus imágenes y te muestras ocultándote
en un par de notas al aire, en un par de palabras desgastadas,
confieso que no cabes donde te escribo
no entras donde sales a modo de locución,
eres inenunciable, fracaso de todo discurso,
la poesía no te contiene, poetisa.

Contemplo desde lejos el cuadro de tu forma,
escribo porque mis yemas te ensayan en caligrafía,
tontas, no pueden hacerte ni de nube, ni de polvo,
forzándose a recordar tus secretos manantiales,
de donde provienen todos mis intentos de poesía.

Alzas frente a mí, el muro más inescrutable
el del poema, debo trasgredirlo y romper la círculo del predicado:
te presentarás entonces como eres,
infinita
juego de tus niñas con frío,
soltarás contra mí un feroz ejército felino
que me deshará en nombre de todas tus caricias,
oscuro como la tumba donde yacen las letras
moriré ahogado en mi propia lírica,
en el mar tempestuoso de tus representaciones
donde no te presentas, y no apareces vestida de ceniza.

A mis significados, donde te busco
impones tus presencias, impones tu figura
absoluta, indescriptible,
estoy forzado a romper el ciclo del logos,
romper la estructura del discurso,
desangrarme para buscarte entre mis venas,
hundida en mi carne, hasta los huesos,
debo traerte a la luz de lo decible.
Tu paradoja será insostenible por el mundo,
la hermeneútica no te contendrá,
madre de todos los símbolos,
nunca podrías ser un Golem, jamás un enunciado,
Tu aroma enloquece a la sintaxsis,
El ser copulativo queda abosrto,
suspendido y revela sus rostros oscuros,
que son las manchas sobre tu mejilla
los lunares en tu espalda.

Si pronuncio tu nombre y no apareces,
si te escribo porque te ausentas,
si estás donde te difuminas
saliendo en la forma de las letras,
si las tintas que te imitan
se traicionan en su propio trazo,
si las palabras que te evocan
se incendian ante su significado,
estoy perdido,
esto más que un poema, es un epitafio.

Gerardo Cielorraso

sábado, 28 de agosto de 2010

Que sólo lo sepan los grillos

Que sólo lo sepan los grillos,
son lo únicos que entienden tu ritmo esta noche en que te invento,
con los ojos posados en el atardecer,
me quedé ciego de tu mirada
que ocultaste secretamente detrás de mis párpados.
Hablabas de poesía de bar y prostitutas
y perversiones que tus ojos no sostenían.
Y saben los grillos que tus ojos eran ya poesía,
innecesaria tu lectura, toda la literatura
le traes manchada en las mejillas,
y sin embargo leías como quien se come la noche
y aún tiene alma epidérmica temerosa como niña.

Que sólo lo sepan los grillos,
que cantan esta noche con tu ausencia,
saben esos sabios seres que
hay un silencio detrás de tu poesía,
silencio que huele a café tostado
y leche materna de felino,
que tus letras las compone la selva de tu pelo
y escribes no desde una mesa
sino desde una bolsa de Palermo.
Saben los grillos también el nombre de tu musa,
el sabor del helado que te dieron un día después
y tu afición a las cosas insignificantes de la moda.

Esos grillos curiosos saben la geografía de tu cuerpo,
del lunar secreto de tus lunas de baño,
los grillos curiosos saben de toda tu ternura,
debajo de tu piel de felina, ellos saben que escondiste tus muñecas,
saben que eres más hermosa que las lluvias de invierno,
saben de tu frío y te cobijan con sus patitas,
los grillos cantan esta noche tus canciones de Sabina,
tus himnos inventados al delirio,
los reclamos a Freud y tu afición a los abrazos.

Que sólo sepan los grillos tu primer nombre,
por qué odias Francia, por qué amas Frida
y sonríes todo el tiempo pensando en ti misma.

Mujer los grillos de mis ojos están cansados
de saberte tanto y no hallarte,
para dedicarte la serenata de mis lágrimas,
estos grillos melancólicos,
que ansían los secretos de tu nuca,
y tus pláticas interminables de madrugada.

Que sólo lo sepan los grillos y los demás, no sepan nada.

Gerardo Cielorraso.

SEMANA DE ANTONIO MACHADO

Never more

¡Amarga primavera!
¡Amarga luz a mi rincón oscuro!
Tras la cortina de mi alcoba, espera
la clara tarde bajo el cielo puro.
En el silencio turbio de mi espejo
miro, en la risa de mi ajuar ya viejo,
la grotesca ilusión. Y del lejano
jardín escucho un sollozar riente:
trémula voz del agua que borbota
alegre de la gárgola en la fuente,
entre verdes evónimos ignota.
Rápida silba, en el azur ingrave,
tras de la tenue gasa,
si oscura banda, en leve sombra suave,
de golondrinas pasa.
Lejos miente otra fiesta el campanario,
tañe el bronce de luz en el misterio,
y hay más allá un plañido solitario
cual nota de recóndito salterio.
¡Salmodías de abril, música breve,
sibilación escrita
en el silencio de cien mares: leve
aura de ayer que túnicas agita!
¡Espíritu de ayer!, ¡sombra velada,
que prometes tu lecho hospitalario
en la tarde que espera luminosa!.
¡fugitiva sandalia arrebatada,
tenue, bajo la túnica de rosa!

* * *

¡Fiesta de abril que al corazón esconde
amargo pasto, la campana tañe!...
¡Fiesta de abril!. ..Y el eco le responde
un nunca más, que dolorido plañe.
Tarde vieja en el alma y virgen: miente
el agua de tu gárgola riente,
la fiesta de tus bronces de alegría;
que en el silencio turbio de mi espejo
ríe, en mi ajuar ya viejo,
la grotesca ilusión. Lejana y fría
sombra talar, en el abril de ocaso
tu doble vuelo siento
fugitivo, y el paso
de tu sandalia equívoca en el viento.

SEMANA DE ANTONIO MACHADO

Melancolía

Tarde tranquila, casi
con placidez de alma,
para ser joven, para haberlo sido
cuando Dios quiso, para
tener algunas alegrías...lejos,
y poder dulcemente recordarlas.

Es una tarde cenicienta y mustia,
destartalada, como el alma mía;
y es esta vieja angustia
que habita mi usual hipocondría.

La causa de esta angustia no consigo
ni vagamente comprender siquiera;
pero recuerdo y recordando digo:
-Sí, yo era niño, y tú, mi compañera.

miércoles, 25 de agosto de 2010

SEMANA DE ANTONIO MACHADO

Huye del triste amor, amor pacato...

Huye del triste amor, amor pacato,
sin peligro, sin venda ni aventura,
que espera del amor prenda segura,
porque en amor locura es lo sensato.

Ese que el pecho esquiva al niño ciego
y blasfemó del fuego de la vida,
de una brasa pensada, y no encendida,
quiere ceniza que le guarde el fuego.

Y ceniza hallará, no de su llama,
cuando descubra el torpe desvarío
que pedía, sin flor, fruto en la rama.

Con negra llave el aposento frío
de su tiempo abrirá. ¡Despierta cama,
y turbio espejo y corazón vacío!

martes, 24 de agosto de 2010

SEMANA DE ANTONIO MACHADO

Del camino

Preludio

Mientras la sombra pasa de un santo amor, hoy quiero
poner un dulce salmo sobre mi viejo atril.
Acordaré las notas del órgano severo
al suspirar fragante del pífano de abril.

Madurarán su aroma las pomas otoñales,
la mirra y el incienso salmodiarán su olor;
exhalarán su fresco perfume los rosales,
bajo la paz en sombra del tibio huerto en flor.

Al grave acorde lento de música y aroma,
la sola y vieja y noble razón de mi rezar
levantará su vuelo suave de paloma,
y la palabra blanca se elevará al altar.

* * * * *

Daba el reloj las doce... y eran doce...

Daba el reloj las doce... y eran doce
golpes de azada en tierra...
...¡Mi hora! -grité-... El silencio
me respondió: -No temas;
tú no verás caer la última gota
que en la clepsidra tiembla.

Dormirás muchas horas todavía
sobre la orilla vieja,
y encontrarás una mañana pura
amarrada tu barca a otra ribera.

* * * * *

Sobre la tierra amarga, caminos tiene el sueño...

Sobre la tierra amarga, caminos tiene el sueño
laberínticos, sendas tortuosas,
parques en flor y en sombra y en silencio;
criptas hondas, escalas sobre estrellas;
retablos de esperanzas y recuerdos.
Figurillas que pasan y sonríen
-juguetes melancólicos de viejo-;

imágenes amigas,
a la vuelta florida del sendero,
y quimeras rosadas
que hacen camino... lejos...

* * * * *

En la desnuda tierra del camino...

En la desnuda tierra del camino
la hora florida brota,
espino solitario,
del valle humilde en la revuelta umbrosa.

El salmo verdadero
de tenue voz hoy torna
al corazón, y al labio,
la palabra quebrada y temblorosa.

Mis viejos mares duermen; se apagaron
sus espumas sonoras
sobre la playa estéril. La tormenta
camina lejos en la nube torva.

Vuelve la paz al cielo;
la brisa tutelar esparce aromas
otra vez sobre el campo, y aparece,
en la bendita soledad, tu sombra.

* * * * *

El sol es un globo de fuego...

El sol es un globo de fuego,
la luna es disco morado.

Una blanca paloma se posa
en el alto ciprés centenario.

Los cuadros de mirtos parecen
de marchito velludo empolvado.

¡El jardín y la tarde tranquila!...
Suena el agua en la fuente de mármol.

* * * * *

¡Tenue rumor de túnicas que pasan...

¡Tenue rumor de túnicas que pasan
sobre la infértil tierra!...
¡Y lágrimas sonoras
de las campanas viejas!

Las ascuas mortecinas
del horizonte humean...
Blancos fantasmas lares
van encendiendo estrellas.

-Abre el balcón. La hora
de una ilusión se acerca...
La tarde se ha dormido
y las campanas sueñan.

* * * * *

¡Oh, figuras del atrio, más humildes...

¡Oh, figuras del atrio, más humildes
cada día y lejanas:
mendigos harapientos
sobre marmóreas gradas;

miserables ungidos
de eternidades santas,
manos que surgen de los mantos viejos
y de las rotas capas!

¿Pasó por vuestro lado
una ilusión velada,
de la mañana luminosa y fría
en las horas más plácidas?...

Sobre la negra túnica, su mano
era una rosa blanca...

* * * * *

La tarde todavía...

La tarde todavía
dará incienso de oro a tu plegaria,
y quizás el cenit de un nuevo día
amenguará tu sombra solitaria.

Mas no es tu fiesta el Ultramar lejano,
sino la ermita junto al manso río;
no tu sandalia el soñoliento llano
pisará, ni la arena del hastío.

Muy cerca está, romero,
la tierra verde y santa y florecida
de tus sueños; muy cerca, peregrino
que desdeñas la sombra del sendero
y el agua del mesón en tu camino.

* * * * *

Crear fiestas de amores...

Crear fiestas de amores
en nuestro amor pensamos,
quemar nuevos aromas
en montes no pisados,

y guardar el secreto
de nuestros rostros pálidos,
porque en las bacanales de la vida
vacías nuestras copas conservamos,

mientras con eco de cristal y espuma
ríen los zumos de la vid dorados.

..........................................

Un pájaro escondido entre las ramas
del parque solitario,
silba burlón...

Nosotros exprimimos
la penumbra de un sueño en nuestro vaso...
Y algo, que es tierra en nuestra carne, siente
la humedad del jardín como un halago.

* * * * *

Arde en tus ojos un misterio, virgen...

Arde en tus ojos un misterio, virgen
esquiva y compañera.

No sé si es odio o es amor la lumbre
inagotable de tu aljaba negra.

Conmigo irás mientras proyecte sombra
mi cuerpo y quede a mi sandalia arena.

-¿Eres la sed o el agua en mi camino?
Dime, virgen esquiva y compañera.

* * * * *

Algunos lienzos del recuerdo tienen...

Algunos lienzos del recuerdo tienen
luz de jardín y soledad de campo;
la placidez del sueño
en el paisaje familiar soñado.

Otros guardan las fiestas
de días aun lejanos;
figurillas sutiles
que pone un titirero en su retablo...

.......................................................

Ante el balcón florido,
está la cita de un amor amargo.

Brilla la tarde en el resol bermejo...
La hiedra efunde de los muros blancos...

A la revuelta de una calle en sombra
un fantasma irrisorio besa un nardo.

* * * * *

Crece en la plaza en sombra...

Crece en la plaza en sombra
el musgo, y en la piedra vieja y santa
de la iglesia. En el atrio hay un mendigo...
Más vieja que la iglesia tiene el alma.

Sube muy lento, en las mañanas frías,
por la marmórea grada,
hasta un rincón de piedra... Allí aparece
su mano seca entre la rota capa.

Con las órbitas huecas de sus ojos
ha visto cómo pasan
las blancas sombras, en los claros días,
las blancas sombras de las horas santas.

* * * * *

Las ascuas de un crepúsculo morado...

Las ascuas de un crepúsculo morado
detrás del negro cipresal humean...
En la glorieta en sombra está la fuente
con su alado y desnudo Amor de piedra,
que sueña mudo. En la marmórea taza
reposa el agua muerta.

* * * * *

¿Mi amor? ..¿Recuerdas, dime...

¿Mi amor? ..¿Recuerdas, dime,
aquellos juncos tiernos,
lánguidos y amarillos
que hay en el cauce seco?...

¿Recuerdas la amapola
que calcinó el verano,
la amapola marchita,
negro crespón del campo?

¿Te acuerdas del sol yerto
y humilde, en la mañana,
que brilla y tiembla roto
sobre una fuente helada?...

* * * * *

Me dijo un alba de la primavera...

Me dijo un alba de la primavera:
Yo florecí en tu corazón sombrío
ha muchos años, caminante viejo
que no cortas las flores del camino.

Tu corazón de sombra ¿acaso guarda
el viejo aroma de mis viejos lirios?
¿Perfuman aún mis rosas la alba frente
del hada de tu sueño adamantino?

Respondí a la mañana:
Sólo tienen cristal los sueños míos.
Yo no conozco el hada de mis sueños;
no sé si está mi corazón florido.

Pero si aguardas la mañana pura
que ha de romper el vaso cristalino,
quizás el hada te dará tus rosas,
mi corazón tus lirios.

* * * * *

Al borde del sendero un día nos sentamos...

Al borde del sendero un día nos sentamos.
Ya nuestra vida es tiempo, y nuestra sola cuita
son las desesperantes posturas que tomamos
para aguardar... Mas Ella no faltará a la cita.

* * * * *

Es una forma juvenil que un día...

Es una forma juvenil que un día
a nuestra casa llega.
Nosotros le decimos: ¿por qué tornas
a la morada vieja?
Ella abre la ventana, y todo el campo
en luz y aroma entra.
En el blanco sendero,
los troncos de los árboles negrean;
las hojas de sus copas
son humo verde que a lo lejos sueña.
Parece una laguna -
el ancho río entre la blanca niebla
de la mañana. Por los montes cárdenos
camina otra quimera.

* * * * *

¡Oh, dime, noche amiga, amada vieja...

¡Oh, dime, noche amiga, amada vieja,
que me traes el retablo de mis sueños
siempre desierto y desolado, y sólo
con mi fantasma dentro,
mi pobre sombra triste
sobre la estepa y bajo el sol de fuego,
o soñando amarguras
en las voces de todos los misterios,
dime, si sabes, vieja amada, dime
si son mías las lágrimas que vierto!
Me respondió la noche:
Jamás me revelaste tu secreto.
Yo nunca supe, amado,
si eras tú ese fantasma de tu sueño,
ni averigüé si era su voz o la tuya,
o era la voz de un histrión grotesco.

Dije a la noche: Amada mentirosa,
tú sabes mi secreto;
tú has visto la honda gruta
donde fabrica su cristal mi sueño,
y sabes que mis lágrimas son mías,
y sabes mi dolor, mi dolor viejo.

¡Oh! Yo no sé, dijo la noche, amado,
yo no sé tu secreto,
aunque he visto vagar ese, que dices
desolado fantasma, por tu sueño.
Yo me asomo a las almas cuando lloran
y escucho su hondo rezo,
humilde y solitario,
ese que llamas salmo verdadero;
pero en las hondas bóvedas del alma,
no sé si el llanto es una voz o un eco.

Para escuchar tu queja de tus labios,
yo te busqué en tu sueño,
y allí te vi vagando en un borroso
laberinto de espejos.

lunes, 23 de agosto de 2010

SEMANA DE ANTONIO MACHADO

Al gran cero

(Del apócrifo Abel Martín)

Cuando el Ser que se es hizo la nada
y reposó, que bien lo merecía,
ya tuvo el día noche, y compañía
tuvo el hombre en la ausencia de la amada.

Fiat umbral Brotó el pensar humano.
y el huevo universal alzó, vacío,
ya sin color, desubstanciado y frío,
lleno de niebla ingrávida, en su mano.

Toma el cero integral, la hueca esfera,
que has de mirar, si lo has de ver, erguido.
Hoy que es espalda el lomo de tu fiera,

y es el milagro del no ser cumplido,
brinda, poeta, un canto de frontera
a la muerte, al silencio y al olvido.

domingo, 22 de agosto de 2010

SEMANA DE ANTONIO MACHADO

PARÁBOLAS

I

Era un niño que soñaba
un caballo de cartón.
Abrió los ojos el niño
y el caballito no vio.
Con un caballito blanco
el niño volvió a soñar;
y por la crin lo cogía...
¡Ahora no te escaparás!
Apenas lo hubo cogido,
el niño se despertó.
Tenía el puño cerrado.
¡El caballito voló!
Quedóse el niño muy serio
pensando que no es verdad
un caballito soñado.
Y ya no volvió a soñar.
Pero el niño se hizo mozo
y el mozo tuvo un amor,
y a su amada le decía:
¿Tú eres de verdad o no?
Cuando el mozo se hizo viejo
pensaba: Todo es soñar,
el caballito soñado
y el caballo de verdad.
Y cuando vino la muerte,
el viejo a su corazón
preguntaba: ¿Tú eres sueño?
¡Quién sabe si despertó!

II

A D. Vicente Ciurana.



Sobre la limpia arena, en el tartesio llano
por donde acaba España y sigue el mar,
hay dos hombres que apoyan la cabeza en la mano;
uno duerme, y el otro parece meditar.
El uno, en la mañana de tibia primavera,
junto a la mar tranquila,
ha puesto entre sus ojos y el mar que reverbera,
los párpados, que borran el mar en la pupila.
Y se ha dormido, y sueña con el pastor Proteo,
que sabe los rebaños del marino guardar;
y sueña que le llaman las hijas de Nereo,
y ha oído a los caballos de Poseidón hablar.
El otro mira al agua. Su pensamiento flota:
hijo del mar, navega —o se pone a volar—
Su pensamiento tiene un vuelo de gaviota,
que ha visto un pez de plata en el agua saltar.
Y piensa: «Es esta vida una ilusión marina
de un pescador que un día ya no puede pescar».
El soñador ha visto que el mar se le ilumina,
y sueña que es la muerte una ilusión del mar.

III

Érase de un marinero
que hizo un jardín junto al mar,
y se metió a jardinero.
Estaba el jardín en flor,
y el jardinero se fue
por esos mares de Dios.

IV
CONSEJOS

Sabe esperar, aguarda que la marea fluya
—así en la costa un barco— sin que al partir te inquiete.
Todo el que aguarda sabe que la victoria es suya;
porque la vida es larga y el arte es un juguete.
Y si la vida es corta
y no llega la mar a tu galera,
aguarda sin partir y siempre espera,
que el arte es largo y, además, no importa.

V
PROFESIÓN DE FE

Dios no es el mar, está en el mar, riela
como luna en el agua, o aparece
como una blanca vela;
en el mar se despierta o se adormece.
Creó la mar, y nace
de la mar cual la nube y la tormenta;
es el Criador y la criatura lo hace;
su aliento es alma, y por el alma alienta.
Yo he de hacerte, mi Dios, cual tú me hiciste,
y para darte el alma que me diste
en mí te he de crear. Que el puro río
de caridad que fluye eternamente,
fluya en mi corazón. ¡Seca, Dios mío,
de una fe sin amor la turbia fuente!

VI

El Dios que todos llevamos,
el Dios que todos hacemos,
el Dios que todos buscamos
y que nunca encontraremos.
Tres dioses o tres personas
del solo Dios verdadero.

VII

Dice la razón: Busquemos
la verdad.
Y el corazón: Vanidad.
La verdad ya la tenemos.
La razón: ¡Ay, quién alcanza
la verdad!
El corazón: Vanidad.
La verdad es la esperanza.
Dice la razón: Tú mientes.
Y contesta el corazón:
Quien miente eres tú, razón.
que dices lo que no sientes.
La razón: Jamás podremos
entendernos, corazón.
El corazón: Lo veremos.

VIII

Cabeza meditadora,
¡qué lejos se oye el zumbido
de la abeja libadora!
Echaste un velo de sombra
sobre el bello mundo y vas
creyendo ver, porque mides
la sombra con un compás.
Mientras la abeja fabrica,
melifica,
con jugo de campo y sol,
yo voy echando verdades
que nada son, vanidades
al fondo de mi crisol.
De la mar al percepto,
del percepto al concepto,
del concepto a la idea
—¡oh, la linda tarea!—,
de la idea a la mar,
¡Y otra vez a empezar!

EN EL CAMINO

La cosa no es ser uno original, ni plantearse la relevancia de lo que se escribe, el secreto quizás sea mucho más simple d elo que uno imagina, quizás sólo sea cuestión de darle impulso a los pasos, seguir la dirección del viento y cuando se esté cansado tumbarse a la sombra de un Olmo y escribir que ese día hemos caminado.
Antonio Machado representa en mí, ese caminar constante, ese encuentro repentino con un cesto de raras frutas en el mercado, el saludo amable que se le extiende al hermano campesino, todos los mundos sutiles y efímeros de la contemplación de lo cotidiano. Machado desdobla el mundo en su mirada, y sus letras son un fidedigno epitafio de un mundo en armonía, armonía que no deja de tener conflicto, injusticia, indignación, pero que sigue un pulso vital que el poeta es capaz de intuir.
Reconocer nuestro orígenes poéticos es reconocer los matices de nuestra alma, los trazos de nuestras plumas. Leer debe llevarnos en primer lugar a vivir, y en segundo lugar a escribir, a dar cuenta de lo aprendido y desaprendido en el tortuoso camino. "Caminante no hay camino, se hace camino al andar", la frase más contundente d ela poesía de Machado, inmortalizada por Serrat y Mexicanto, Machado es para la poesía española, el epítome de la poesía del pueblo, el sinonimo del buen hombre que saluda al sol con una amplia sonrisa satisfecha- Pero también se olvida al Machado que sufrió, que anduvo con su hermano, el otro Machado, Manuel, por los caminos turbios de una nacion en formación y en crisis, una religión muribunda que no hacía sino retrasar el impulso de un pueblo carcomido por el olvido. Machado propone "retornar nuestro camino hacia Dios", y ese Dios resulta ser el mismo camino. Machado con voz de poeta en tierra extraña, con voz de profeta, deja sintetizado, o ´mejor dicho, simbolizado en sus letras, el dolor y la gracia de ser hombre, gracia y dolor simultaneos, inescindibles uno del otro. Maestro Machado, esta es tu semana, que todos escuchen el llanto del poeta.

domingo, 15 de agosto de 2010

Nausicaa

Soy Ulises en la playa
atravesado por la raya de la mirada de ti
Nausica, hija del viento,
y tu boca
si toca
si choca
loca, roca
es tu boca
toca tu boca la roca que mira la loca al náufrago vencido
choca la roca en tu boca si la loca naufraga la mirada vencida,
loca la roca que toca tu boca y choca venciendo la mirada naufragada,
roca la boca loca que toca lo que choca del náufrago de Ítaca.

Nausica...
Náutica…
Flautica…
Pautica…
Ítaca se reduce al olvido…
a las barreras del olvido
las rejas del olvido
las jaulas del olvido
las canillas del olvido
las puertas del olvido
las ventanas del olvido
las cadenas del olvido
las cajas del olvido
las casas del olvido
las plazas del olvido
las ciudades del olvido
las marismas del olvido
las selvas del olvido
las tundras del olvido
las fiestas del olvido
las bodas del olvido
las tropas del olvido
las trompas del olvido
las trovas del olvido
las trotas del olvido
las trinas del olvido
las catrinas del olvido
las letrinas del olvido
las vitrinas del olvido
las cirinas del olvido
las cesinas del olvido
las asesinas del olvido
las vecinas del olvido
las encinas del olvido
las ancianas del olvido
las andinas del olvido
las antenas del olvido
las animas del olvido
Y las notas del olvido.

El olvido es una palabra prometedora, como ojos de neonato,
en momentos como este, donde caen las hojas del cacto,
y las cobijas abrazan la ausencia
de los cuerpos transeúntes que recuerdan a mi patria,
yo le hago banderas a sus presencias,
y siempre canto para sus rostros todas mi ventanas,
que son mis ojos, y los limpios con mis lágrimas
por eso estoy llorando todo el tiempo
limpio mis ventanas lacustres, espejo de los dioses en dilema,
para todos los transeúntes estelares
que nunca bajan
y que no tocan mi puerta,
ni la habitan
ni la invitan
ni la evitan
ni la incitan,
ni la esperan,
ni la quiebran,
ni la prueban,
ni la cruzan,
ni me llevan a mi Ítaca…
california inconfundible de mi melancolía….

El olvido es una palabra comprometedora, como sombras de olivo,
en momentos como este, donde la respiración cala
y los cabellos se enredan como anémonas incautas,
de las manos pilotos de agua que no palpan mi pecho,
que es la caja musical de mis recuerdos,
y le doy cuerda todas las noches con tu sexo,
que se abre como flor que muere en sus pistilos
y libera un olor de madreselva,
de madrebosque
de madrehierba
de madrebuena
de madredera
de madera
de madrigal
de manantial
de matorral
de maizal
de manera
de materia…


El olvido es una palabra contenedora, como nidos de golondrinas del fuego,
en momentos como este, donde las marismas suben a mi cuello
y me inunda el mar en versos de espuma que es lana de borregos,
que cubren mi desnudez de hombre vagabundo,
con la gracia del recuerdo de las Troyas invadidas,
donde era rey y era estratega,
y descubrí como mono la pintura,
como hormiga la arquitectura,
como pájaro la soltura,
como pez la envergadura,
como león la tesitura,
como perro la bravura,
como gato la negrura,
como araña la figura,
como elefante la ternura,
como serpiente la mesura,
como caracola la locura,
como tortuga la altura,
como cocodrilo la anura,
como lagartija la llanura,
como leopardo la anchura,
como crótalo la cura,
como gusano la ranura,
como caballo la sulfura,
como borrego la cordura,
como medusa la escultura,
como pulpo la miniatura,
como foca la criatura,
como anguila la blancura,
como venado la pastura,
como camaleón la compostura,
como cucaracha la natura,
como cerdo la finura,
como vaca la flacura,
como rata la basura,
como ameba la espesura,
y como hombre la cultura.

El olvido de mi Ítaca, boca,
Que es roca, que trastoca y trastueca
Como una tuerca que se ultratélura,
Mueca seca que se mece en la mécedula
De médula, de célula de cédula y es trémula
Cual férula tarántula que se oculta en la roca,
Y choca mi boca con tu boca, que provoca
El roce del goce en el gozne del no sé bose,
Tu boca loca de hastío y frío,
Choca en el vacío del mío impío, guío
Mi río y no fío del rocío agrio de tu boca, Nausica.

Nausica de las galaxias que se extienden en el espacio
Y cortan las alas de las luciérnagas, ebrias de su luz,
que engañan a la luna en tus faldas de estrellas,
donde cosiste todas las constelaciones.
Enfermo estoy Nausica, enfermo y perdido,
y no me salvan todas tus lamentaciones,
y no me salva tu boca roca,
Que mira atónita el árbol que tiene dedos de hojas,
Nausica, yo no sabía que la luz era tan bella,
La tengo grabada en los párpados, y me embriaga del matiz
Y de sus formas, del color y de sus líneas,
Absorto en todas las perspectivas, Nausica,
Eres un punto difuso que corta las plumas gastadas del éter,
Punto de todas las caricias atómicas,
Miradas de protones fluorescentes,
Que se desdoblan en luz a la fragilidad de tu roce,
La luz es la orgía de la oscuridad de tus cabellos Nausica,
Porque en el negro de tus ojos, las formas se confunden,
Se penetran los colores, tienen coito los sonidos,
La materia informe jadea, hace ruido.

Nausicaa tú segundo nombre es el olvido,
Nausica te has tragado todas mis Itacas,
Alcínoo, tu padre, me ha dado la caja de los vientos,
Vientos que remontaran las olas,
Solas olas todas,
Todas las olas mueren solas,
Ahítas de furia del mar,
Se arrojan a la playa
El único tacto que conocen,
Del que no quieren alejarse
Y se aferran con su espuma.
Nausica arrástrame fuera del mar,
Donde la arena no sea la dermis de mi maldición,
Canción de dios colérico, juego de dios niño
De dios histérico,
De dios telúrico,
De dios homérico,
De dios mesiánico,
De dios maniático,
De dios anémico,
De dios ascético,
De dios escéptico,
De dios sádico,
De dios antagónico,
De dios satírico,
De dios poético…
Incontenible como todos los dioses
Es tu mirada Nausica.
En mi garganta,
Ahora que te vas de viaje,
Como viento que eres, hija de viento
Sólo queda una voz,
Ítaca… Ítaca…Ítaca.



Gerardo Cielorraso

miércoles, 11 de agosto de 2010

Coplas A Una Hija Del Viento

Coplas

I
Quiero extenderte esta mano
[de mi corazón a tu ausencia]
Para salvarte la vida.

II
Después que entraste en mí,
Tuvo que mudarse mi tristeza.

III
El frío del silencio
Es la ausencia de tus ojos.

IV
No estoy nunca donde me faltas,
Y llego tarde a donde te encuentro.

V
La luz antes que al miedo,
Había parido a la belleza.

VI
El impulso de tu vida es la muerte,
La vida es el impulso de mi muerte.

VII
Te voy a construir un par de alas,
De esas que no se derriten bajo el sol.


VIII
Si quieres irte es porque presientes
Que el mundo es más pequeño que tus pasos.

IX
Pero nuestros besos construyen la máxima de las distancias,
El deseo.

X
Ahogándome en tu sexo,
soy un dios que quema su templo.

XI
Sólo puedo ser luz
Mientras tú seas la oscuridad.

XII
Las gotas de lluvia ensayan tu tacto,
Las tormentas lejanas, tu presencia.

XIII
Me dices que amar no es fácil,
Yo siempre he sabido, que es simple.

XIV
Siempre que dices adiós, te quedas,
Siempre que digo quédate, me despido.

XV
No me despido porque nunca te vas,
Aunque dejes el espacio entre nosotros.

XVI
En la noche establezco
vínculos de inmortalidad con el silencio.

XVII
Estás ahi porque te miro,
y yo estoy aquí porque me miras.

lunes, 9 de agosto de 2010

La Orgía de las Estatuas

La Orgía de las Estatuas

Las miradas inmóviles se palpan,
Quién sabe hace cuantos siglos que se atrapan.

Las sonrisas pétreas se llaman,
Jamás sintió la dureza tanta suavidad.

Los apéndices adheridos a la banca,
Las piernas estáticamente inquietas,
Las estatuas que se miran
De un lado a otro del balcón.

Entonces inician su orgía,
Orgía perpetua y sostenida
En el transcurso sin tiempo,
Donde con una mano de mármol,
La estatua de él la acaricia en la distancia
Y la estatua de ella siente el beso
Contenido por los siglos.
Sus ojos de piedra, los de ella,
Brillan con la intensidad de todos los granitos,
Y se desprende de sus prendas cinceladas,
Esculpida pasión que los contiene,
Las estatuas se tocan en el tiempo sin tiempo.

Hay de pronto movimiento,
Y ella se siente traspasada por esos dedos de mármol,
Frente a ella la estatua de él se desborona,
Ya quiere ser arena,
Ya quiere traicionar su pedestal
Y saltar al suelo, alcanzarla.
Ella lo llama con una mirada que ha ido practicando
Desde que era un mármol virgen
En la entraña de un montaña olvidada,
Pero resuena en sus venas porosas,
El llamado de esa fricción que la pulió de blanco,
Y vuelve a sentir el cincel que la esculpía.
El cincel es la mirada de él,
Que siente sobre sí,
El martillo que le arrancó de la loza,
Y extiende su mano blanquísima
Y logra tocarla su intención pétrea,
Se inicia el roce sin tacto,
Donde el soplo y las gotas
Son el elemento que los besa.

Ella se palpa sus pechos de roca,
Inexplicablemente suaves,
Se besa ese hombro donde a veces se posan las aves,
Él siente palpitar uno de sus pedernales,
Que se ha vivificado con su tacto,
Él trata de alcanzar aquel esculpido rostro,
El amor de las estatuas, erótica sin tiempo,
Tacto sin contacto,
Iniciando una desesperación inconcebible,
Que él solo soporta porque es de mármol.
Ella entreabre su delicada boca,
Manda besos que el aire irá repartiendo entre los días,
Y entonces el viento que intenta desgastarlo con los siglos
Son los besos de ella,
Mandados hace ya muchos siempres.

El sexo pétreo escurre agua,
Quizás la lluvia piensa ella,
Más nunca su roca se sintió tan blanda
Tan débil y en la continuidad palpita,
No hay momentos para ellos,
Todo gesto se repite tantas veces
Que parece no suceder nunca su encuentro.
Ella siente ese tacto todo el tiempo
Hasta en los días sin viento
Donde la mirada de él es sol y la calienta,
Donde sus besos son agua y escurren
Por su cuello esculpido,
La orgía de las estatuas es perpetua.

Ellos se miran día con día,
Atrapados en la inmóvil caricia,
tan lenta, tan sutil,
que ha pasado a ser imperceptible.
Esculpidos en dos bancas contrarias
Intentan abrazarse desde siempre,
No recuerdan otro origen que no fuera ese abrazo,
La mano de él quisiera desprenderse
Y alzarse a un intento imposible;
Ella quisiera tener sonido que no fuera el de las aves
Y gritar su amor,
Quisiera ser estatua de hielo
Para derretirse en una expresión inédita de entrega;
Él quisiera ser arena
Y que el viento lo frotara en contra de ella,
De su pulida piel de mármol.

Las estatuas saben que fueron extraídas de un mismo mármol,
Saben que estuvieron en una orgía intensísima
Sólo contenida en las entrañas de la tierra,
Al probar la luz del mundo,
Dos manos de artista las separaron,
Un Dios maldito y creativo
Interrumpió su sueño,
Y les trajo la desesperación de la distancia,
Jamás les pesó tanto su inmovilidad,
Jamás se habían sentido tan distantes,
Roca que quiere lamer roca
Pero que no se esculpió una lengua para el beso,
Un beso recordado de cuando fueron un solo bloque.

Y de pronto… ellos recuerdan,
Que son seres del mismo mármol,
Y sonríen,
Y se ponen de pie
Y se tocan….


Gerardo Cielorraso