lunes, 9 de agosto de 2010

La Orgía de las Estatuas

La Orgía de las Estatuas

Las miradas inmóviles se palpan,
Quién sabe hace cuantos siglos que se atrapan.

Las sonrisas pétreas se llaman,
Jamás sintió la dureza tanta suavidad.

Los apéndices adheridos a la banca,
Las piernas estáticamente inquietas,
Las estatuas que se miran
De un lado a otro del balcón.

Entonces inician su orgía,
Orgía perpetua y sostenida
En el transcurso sin tiempo,
Donde con una mano de mármol,
La estatua de él la acaricia en la distancia
Y la estatua de ella siente el beso
Contenido por los siglos.
Sus ojos de piedra, los de ella,
Brillan con la intensidad de todos los granitos,
Y se desprende de sus prendas cinceladas,
Esculpida pasión que los contiene,
Las estatuas se tocan en el tiempo sin tiempo.

Hay de pronto movimiento,
Y ella se siente traspasada por esos dedos de mármol,
Frente a ella la estatua de él se desborona,
Ya quiere ser arena,
Ya quiere traicionar su pedestal
Y saltar al suelo, alcanzarla.
Ella lo llama con una mirada que ha ido practicando
Desde que era un mármol virgen
En la entraña de un montaña olvidada,
Pero resuena en sus venas porosas,
El llamado de esa fricción que la pulió de blanco,
Y vuelve a sentir el cincel que la esculpía.
El cincel es la mirada de él,
Que siente sobre sí,
El martillo que le arrancó de la loza,
Y extiende su mano blanquísima
Y logra tocarla su intención pétrea,
Se inicia el roce sin tacto,
Donde el soplo y las gotas
Son el elemento que los besa.

Ella se palpa sus pechos de roca,
Inexplicablemente suaves,
Se besa ese hombro donde a veces se posan las aves,
Él siente palpitar uno de sus pedernales,
Que se ha vivificado con su tacto,
Él trata de alcanzar aquel esculpido rostro,
El amor de las estatuas, erótica sin tiempo,
Tacto sin contacto,
Iniciando una desesperación inconcebible,
Que él solo soporta porque es de mármol.
Ella entreabre su delicada boca,
Manda besos que el aire irá repartiendo entre los días,
Y entonces el viento que intenta desgastarlo con los siglos
Son los besos de ella,
Mandados hace ya muchos siempres.

El sexo pétreo escurre agua,
Quizás la lluvia piensa ella,
Más nunca su roca se sintió tan blanda
Tan débil y en la continuidad palpita,
No hay momentos para ellos,
Todo gesto se repite tantas veces
Que parece no suceder nunca su encuentro.
Ella siente ese tacto todo el tiempo
Hasta en los días sin viento
Donde la mirada de él es sol y la calienta,
Donde sus besos son agua y escurren
Por su cuello esculpido,
La orgía de las estatuas es perpetua.

Ellos se miran día con día,
Atrapados en la inmóvil caricia,
tan lenta, tan sutil,
que ha pasado a ser imperceptible.
Esculpidos en dos bancas contrarias
Intentan abrazarse desde siempre,
No recuerdan otro origen que no fuera ese abrazo,
La mano de él quisiera desprenderse
Y alzarse a un intento imposible;
Ella quisiera tener sonido que no fuera el de las aves
Y gritar su amor,
Quisiera ser estatua de hielo
Para derretirse en una expresión inédita de entrega;
Él quisiera ser arena
Y que el viento lo frotara en contra de ella,
De su pulida piel de mármol.

Las estatuas saben que fueron extraídas de un mismo mármol,
Saben que estuvieron en una orgía intensísima
Sólo contenida en las entrañas de la tierra,
Al probar la luz del mundo,
Dos manos de artista las separaron,
Un Dios maldito y creativo
Interrumpió su sueño,
Y les trajo la desesperación de la distancia,
Jamás les pesó tanto su inmovilidad,
Jamás se habían sentido tan distantes,
Roca que quiere lamer roca
Pero que no se esculpió una lengua para el beso,
Un beso recordado de cuando fueron un solo bloque.

Y de pronto… ellos recuerdan,
Que son seres del mismo mármol,
Y sonríen,
Y se ponen de pie
Y se tocan….


Gerardo Cielorraso

2 comentarios:

Megara900 dijo...

He admirado desde los siglos la vasta contemplación de las estatuas, ya sea la de un niño en la fuente, un ángel del cementerio, pienso que verdaderamente hay en el arte un papel de jugar a ser Dios y animar lo inmóvil. Siendo así, el artista o Dios es quien da punto al origen. Es cierto también que no importa la forma que la poesía tome, la poesía es el mensaje más allá de los signos y es por eso que no diré mucho sobre su estructura, que además de ser muy armónica me he sentido devorando una leyenda griega, a esa manera de canto épico. Me gustaron mucho las ideas que expones, comenzando por trazar el amor como un origen común. Y aunque el sólo concepto de estatua nos incline hacia lo inmóvil y lo frío, le has puesto una escencia sensual inaudita, quizá sea que el hambre del amor no necesite tacto, y a la vez, pueda ser que tras lo más mudo se esconda lo perverso.

Opcion tres, las estatuas han sabido mucho más de el artista, que él de ellas.

Me ha encantado =)

Reptante dijo...

Tendría que remitirme de nueva cuenta a la etimología de la palabra orgía par ya no pensar de antes, prejuiciosamente sobre lo que significa horchata... Pero es también aquí horchata de sensaciones lo que se vive, la distenciones, las disgregancias, los pensamientos sueltos en el aire sobre lo imposible, sobre la carga de lo que es ser ángel y ya después es no poder tocar a un ser humano, a un anhelo, a la utopía que es signo y jamás materia que se alcanza... Tendríamos que encontrar un lenguaje, para los principios, como no lo dijo, pero tal vez lo hubiera dicho, nuestro maestro, el señor Roberto Juarroz.

Hermosa postal la que nos has compartido amigo. Mil gracias, y perdona tanto tiempo de abandono.