sábado, 28 de agosto de 2010

Que sólo lo sepan los grillos

Que sólo lo sepan los grillos,
son lo únicos que entienden tu ritmo esta noche en que te invento,
con los ojos posados en el atardecer,
me quedé ciego de tu mirada
que ocultaste secretamente detrás de mis párpados.
Hablabas de poesía de bar y prostitutas
y perversiones que tus ojos no sostenían.
Y saben los grillos que tus ojos eran ya poesía,
innecesaria tu lectura, toda la literatura
le traes manchada en las mejillas,
y sin embargo leías como quien se come la noche
y aún tiene alma epidérmica temerosa como niña.

Que sólo lo sepan los grillos,
que cantan esta noche con tu ausencia,
saben esos sabios seres que
hay un silencio detrás de tu poesía,
silencio que huele a café tostado
y leche materna de felino,
que tus letras las compone la selva de tu pelo
y escribes no desde una mesa
sino desde una bolsa de Palermo.
Saben los grillos también el nombre de tu musa,
el sabor del helado que te dieron un día después
y tu afición a las cosas insignificantes de la moda.

Esos grillos curiosos saben la geografía de tu cuerpo,
del lunar secreto de tus lunas de baño,
los grillos curiosos saben de toda tu ternura,
debajo de tu piel de felina, ellos saben que escondiste tus muñecas,
saben que eres más hermosa que las lluvias de invierno,
saben de tu frío y te cobijan con sus patitas,
los grillos cantan esta noche tus canciones de Sabina,
tus himnos inventados al delirio,
los reclamos a Freud y tu afición a los abrazos.

Que sólo sepan los grillos tu primer nombre,
por qué odias Francia, por qué amas Frida
y sonríes todo el tiempo pensando en ti misma.

Mujer los grillos de mis ojos están cansados
de saberte tanto y no hallarte,
para dedicarte la serenata de mis lágrimas,
estos grillos melancólicos,
que ansían los secretos de tu nuca,
y tus pláticas interminables de madrugada.

Que sólo lo sepan los grillos y los demás, no sepan nada.

Gerardo Cielorraso.

1 comentario:

Apocalipstik dijo...

Te lo voy a contar todo...
A oscuras, con hambre, con sueño, sin mentiras, trasquilando los borregos que mi madre me ponía a contar por aquello de mis insomnios prematuros... Que sólo lo sepan los grillos, poeta, que sólo ellos sepan que:
Carolina+tres días sin comer+brandy, son el preludio de la introspección.