jueves, 3 de julio de 2014

¡Puto! por Leonardo Moncada.

¡PUTO!


Pues ya es muy tarde para entrar en el debate (ya hasta eliminaron al seleccionado nacional) y realmente no quería hacerlo, pero va. Sólo estas consideraciones saussureanas, ahora que en las últimas semanas hemos estado revisitando al lingüista suizo en clase:

El valor de un signo lingüístico está dado en parte por la relación que ocupa con respecto a otros signos lingüísticos. Está dado, pues, por una contextualidad sintáctica. El lazo entre un significante, "puto", por ejemplo, y su significado, es arbitrario; un mismo significante puede estar asociado con diferentes significados, como es el caso de "puto" [Yeyo Nomás, en una publicación al respecto, pone ejemplos muy atinados: "Puto se dice cuando alguien te da un zape por atrás (¡Ah, puto!); o cuando alguien se echa para atrás en un acuerdo (ah ,qué puto), o cuando algo te emociona (¡aay, puto!) o para calificar una afrenta extrema (son putadas…). Recuerdo que mi madre me recitaba de niño un poema de Gaby Brimmer donde, ante el desamparo en el que la dejaban los doctores, les gritaba:
¡Putos!, ¡Médicos putos! Todos dicen sin razón que me estoy muriendo"].

Además, un mismo significado puede ser expresado con diferentes significantes: "homosexual" se dice de muchas formas, entre ellas, con el significante "puto", pero no siempre "puto" significa homosexual. Y, finalmente, más allá de Saussure, el valor de una expresión no está dado en ella misma, sino también por el contexto pragmático en el que aparece. Y es evidente que, aquí, esa praxis no remite a ninguna forma de expresión de juicios de valor por la orientación sexual de los porteros, sino como un significante asociado de modo muy extraño con la confianza mágica en que su enunciación, acompañada de un movimiento trémulo de manos, hará que el guardameta la cague al patear el balón.

En resumen: no veo, a partir de estas consideraciones, cómo "puto", este "puto", pueda ser una expresión homofóbica, discriminatoria, excluyente en función de orientaciones sexuales, etc. Ni sintáctica, ni semántica ni pragmáticamente se sostiene ese alegato. Pura ideología, puro desgarramiento inútil y moralino de vestiduras. Podrá ser una estupidez, un ejemplo de la poca creatividad de los mexicanos al manifestarse en las tribunas, y quizá deba denunciarse y criticarse por ello, pero no por eso que unánimemente se ha señalado. Esa moderna policía de lo políticamente correcto, ahora gay, feminista, queer, animalista, vegana, etc. (¡aguas! Seguramente debo estar discriminando) se parece tanto a los 40 policías que ayer sometieron a dos motociclistas por estar mal estacionados:
http://1aplana.mx/noticias/sucesos/se-enfrentan-policias-municipales-con-dos-motociclistas-mal-estacionados/


Por Leonardo Moncada, profersor en la facultad de Psicología de la UMSNH

P.D.: He pasado por alto, ahora me percato, una dimensión importante: la del intérprete. Es desde ese lugar que la expresión se ha tomado como una ofensa, un insulto, una agresión. Y esa dimensión no puede ser obviada. Aun cuando la expresión no tenga el sentido y la función que los intérpretes le atribuyen, si éstos de todos modos demandan, al parecerles ofensiva aun con las clarificaciones que puedan mediar, que no se dirijan a ellos de esa forma, quien así se expresa tiene la obligación moral de no hacerlo más. Eso demandó la federación holandesa de fútbol, y la afición mexicana, necia zafia, terca y además orgullosa de eso, insistió con el grito durante todo el encuentro.

Concuerdo ampliamente con el sentido de este artículo,, por eso lo comparto. Tomado de su muro de FB de una publicación del 02 de Junio. 

1 comentario:

Adrián dijo...

Bueno, yo comparto un par de textos con los que también concuerdo plenamente y que, de alguna forma, responden al argumento enunciado por el texto que tú compartes:

https://medium.com/@Tania_Tagle/de-valientes-y-traidores-6686a8d318e5

http://autorreferencial.wordpress.com/2014/06/23/puto-el-mundial-de-futbol-ese-gran-espejo-cultural/