lunes, 10 de enero de 2011

Los Reyes Sin Futuro



Pasean por la alfombra de miseria
Son la realeza del basurero
Las ratas les rinden pleitesía
Y los perros pulgosos son sus emisarios.

Las amapolas se inclinan a su paso
Conocen los secretos perfumes del hollín
Sus joyas son de piojos
Sus cetros simples varas
Su corte parásitos hambrientos
Que beben su sangre sin ser azul.

Tan grandes sus banquetes
Que nunca habrá ambrosía
Ni quesos, ni faisán
Sus invitados permanentes
el dolor y la alegría.
Tan amplios sus aposentos
Que caben todas las estrellas
En su manto de casas sin techo.

La realeza de los pueblos olvidados
Erigidos en los amplios campos del cochambre
Sobre las colinas de papeles y cartón.

Nacen en sus tumbas
Realeza pura
Jamás conocen otro horizonte
Que su reino de basura.
Heredarán el hambre
Basura de los cientos
Y cólera “erradicada” en el pueblo de allá.

No cuenta como gentes
Son simples estadísticas
No entran en los programas de gobernación.

Su reino son los basureros
Sus escudos manchados de cochambre
Sus palacios sépticos burdeles
Sus madres reinas de los faros rojos.

Son la realeza del barrio
Niños de la polio
Hijos de la miseria
- ¡Sin ser ellos miserables! -
De la crisis
Del olvido.

Inhalan éteres debajo de los puentes
Su reino no es el de esta tierra.

Dueños futuros del cielo
Están como de paso
Cuando piden un chicle
Cuando piden pa’ un taco.

Reyes sin coronas
Hijos de la justicia del mañana.

Sus caras manchadas
De tanta grandeza
Sus manos flacas
De tanto mandar.

Son los señores de las moscas
De los gusanos blancos
Amos de las tierras
Que ningún pie plebeyo puede pisar.

Su nobleza es tal que no cuentan como pueblo
Ni como proletariado, ni aristocracia, ni marginación
Son los reyes sin título
Los nobles porque en un montículo de fresca basura
Buscan sin miedo
Superiores al asco
Desconociendo la dignidad – invento de los indignos –
Sus tesoros
Encontrando juguetes rotos
Regalo del pie que los oprimen
Y son capaces de reír
De recuperar la magia
En lo que todos desechamos como inútil.

Gobiernan ejércitos enteros de lombrices
La realeza de mi barrio
De mi basurero
Del reino de mis mañanas.

No es su miseria su nobleza
No es nuestro basurero su reino
Es la nobleza del incontado
Sin leyes, sin dios, sin estado
Es la nobleza de quien vive sus años
Creciendo en medio del porvenir gris.
Realeza de sus pies inmaculados
Sobre vidrios, jeringas y tierra febril,
Parecieran volar entre desperdicios
Sus pasos no conocen la mugre que pisan
Sus ojos llenos de gracia
Transforman la indigencia en ventura.

Pero nosotros los plebeyos
Que los observamos de lejos
No podemos sino llenar de lágrimas nuestros ojos
La contemplación de su grácil realeza
De sus perfectas figuras descalzas
No son humildes porque no son cristianos
No son déspotas porque nada tienen sino gusanos
Jamás llegarán a ser tiranos
Su reino será siempre el de la inconsciencia.
Nosotros los menos, les decimos marginados
Ellos los más, no se atreven ni a nombrarnos.
Extienden sus manos pidiendo monedas
Saben que de donde venimos no sabemos qué hacer con ellas.
¡Dulce aristocracia que no necesita mandar para ser grande!

Nosotros, los del pueblo
los vemos desamparados
sin saber que su amparo es su orfandad.
Fuera del mundo
conviven con el hambre a la que tememos
duermen bajo el cielo que olvidamos.
Saben que el hambre no es un lujo
es un compromiso que se lleva la vida entera
la miseria y el olvido
no es algo que los menos soporten
por eso sólo a ellos, los más
muestran su grandeza.
No tendrán posesiones
esa es su nobleza
nacieron en ella
abandonados a la contemplación del silencio
ascetas de nacimiento
sin ser esclavos del pensamiento
sin conocer a dios
o las desgracias de las letras.
No les preocupa aprender nuestra lengua
Sienten la tierra sin hablar con ella
El lenguaje es para nosotros
Desdichados
Que no encontramos sino lágrimas en las cosas
A sus almas azules
no las colma el encuentro
su juego es la búsqueda
la búsqueda incansable
y en cada cosa encuentran su sonrisa.

¿Acaso hay más nobleza posible
Que sonreír con inocencia entre la pobreza?

No hay comentarios: