sábado, 19 de febrero de 2011

Paradero del olvido

Paradero del olvido.

Anduve un camino de luces en naufragio,
me perdí en el horizonte del labio patricida.
Inundado de aguas más espesas que la furia,
entre sus cabellos de ángel negro
duermo este insomnio
-abjecto aerolito huérfano-.

Un instante después nace una estrella
en la garganta tensa de la noche
entre sus lunas de púpuras vestidas,
con alhajas de cósmico deleite
la estrella que ha nacido lanza un grito
de luz inescrutable
a mis ojos de tímidas pupilas.

Despierto en medio de la orgía de luces
y sombras confundidas.

Una noche más me abracé a tu ausencia
una noche más dormí en la isla oscura
donde me dejaste con un solo tiro de saliva
y tu última caricia.
Ese ha sido el destino de mi navegar
dormir cuando despiertas
soñar con que regresas
aunque no vuelvas ni en forma de recuerdos
a mis sueños
donde sueño
atado a la cama del hastío.

Aprendí el canto de la ausencia en esa cama...
aprendí el lenguaje secreto del corazón atravesado por la duda.
Jamás conoceré otra orilla
que la de este olvido que se olvida
de olvidarme si me olvido que olvidar no esta en la vida.



miércoles, 16 de febrero de 2011

Hoy quiero hablarte de la gente grande, de la gente enorme.
Yo he sabido de pocos, por la sombra que proyectan tras de sí, por las huellas que dejaron a su paso donde caben hasta 15 o 20 hombres comunes.
No se puede trabajar para ser un hombre grande, los hombres grandes no son de trabajo, son de acciones. El trabajo depende de cierta cotidianidad, de cierto transcurrir de los proyectos donde se proyecta una incertidumbre. He sabido quela gente grande jamás trabajó para ser grande, sólo actuaron como genete grande, ahí donde se les necesito. No armaron causas, no promulgaron luchas, no sirvieron a ningún discuros por más noble y justo que fuera. La gente grande distorsiona la realidad. Los proyectos, el trabajo, son erigidos dentro del ámbito de las posibilidades que hay en un momento determinado. Al ser más grande que cualquier cosa cercana, la gente grande puede asomarse más allá de lo que nosotros vemos como "posible" como "trabajo". Hay acción, afirmación, cambio. La gente grande no tomas las condiciones que están dadas, ellos nacen para cambiarlas, para mostrarnos que otro mundo es posible. Lo que trabajan, lo que son jamás los contiene, no pueden trabajar para ser sí mismos porque ya se requieren para ser grandes. No se puede hablar con ellos de crecimiento, de mejorar. Todos esos son proyectos nacidos de cierta limitación, de cierto reconocimiento de las condiciones. La gente grande jamás a reconocido sus condiciones, no las conoce en un principio, sólo pueden avanzar hacia donde los guía su mirada. Pueden salvar a un pueblo o pueden hunidirlo, pueden comoponer, crear, o destruir, matar. Sencillamente no hay referencia en nuestras condiciones para lo que pueden hacer. Jamás han cabido enla historia, enla historia sólo quedan breves hechos, sus mínimas apariciones, jamás se menciona si trabajaron, si amaron, si sufrieron... sólo se menciona lo que rompieron o crearon, lo que transformaron. Esa obsesión por la individualidad, por los vaivenes de una vida siempre temporal y relativa, son visiones que nosotros, los de abajo queremos ponerles a semejantes gentes.
No hay formar de ser grande, se hacerse grande. El grande traza su propio camino en la más completa incertidumbre, en la más completa duda, porque ahí donde el va, pocos o nadie ha ido, no hay referencias, no hay meta, no hay futuro, sólo un avance enorme que va rompiendo y creando cosas a su alrededor.
No se trabaja,te lo digo con miedo enlos ojos, para ser un hombre grande... se actúa como grande. ¿Cómo? Sólo al ser grande se sabe.

domingo, 13 de febrero de 2011

Reclutamiento

Dicen que ya no hay espacio para mí en esta trinchera
que ya son demasiados los mártires,
o ya no quedan balas
o se agotaron las consignas,
los nuevos carteles llegarán la semana entrante...
quizás... dicen... si supieras hacer algo...

Dicen que no puedo ver el mundo con los ojos perdidos en el cielo
que tengo los pies siempre a 78 cm del suelo,
dicen además que con mis palabras se hacen poemas
no discursos para las masas,
dicen que un poema nunca ha cambiado el rumbo de una guerra
que la buena voluntad no basta
que de buenas voluntades están llenas las sociedades virtuales.

Dicen que no entiendo el significado de la lucha
que no sabría a quién debo apuntar con el dedo
que debo aprender a distinguir mi derecha de mi izquierda
dicen... en fin que no sirvo para esto
que regrese a mi biblioteca
que me vaya a mis campos abiertos donde nada se oculta
dicen...
que para luchar... no se puede ser poeta.

martes, 8 de febrero de 2011

Mundo.


Hay algunas voces que dicen cosas sobre el tiempo
a cerca de esperar la duda
y detenerlo entre los dedos como mariposa temblorosa,
me río de todos ellos.

Hay otras tantas voces que injurían sobre el crecimiento
y dicen que debemos ser mejores cada día
esos, son los mismos que nos venden el progreso
y confunden la izquierda de su mano con la derecha de su boca,
mientras crecemos como nos dijeron
ellos se hacen a un lado hasta que caemos y bajamos la cabeza
esclavos de nuestro peso.

Finalmente hay unos más siniestros que dicen que nos falta mundo
a veces sólo a ellos les sobran ambiciones
y quieren distraernos suficiente, para poder tomarse
el mundo que dicen que nos falta.

jueves, 3 de febrero de 2011

Ariadna

Hoy te vas, hoy se van tus sombras...
Hoy tengo ojos en el destierro de las flores blancas...

Esparciré tus cenizas por un campo abierto
Caminaré sin rumbo un rato
hasta perderme contigo
en tu vuelo de polvo accidentado.

Ya no seguiré a través del laberinto
tu hilo dorado...

Te abandono en la Isla del Olvido
Ahórcate con las cuerdas de tu chelo.

Ya no hay héroe
Ha matado al minotauro
sólo para saber que él era único monstruo
el que siempre ha estado.

Se va tu nombre
lo incendio
abandonas esa silla
donde siempre te encuentro.

Cierra la puerta del laberinto
Ahógate en el tiempo.

No tengo para ti más caricias
mi pared ya no puede contener tu rostro,
rompí todas tus cartas
todas tus señas
te quemé en el barco ebrio
para que te perdierás
absorta en el horizonte...

martes, 25 de enero de 2011

Derivas


Aquí estoy
Comiéndome la cuerda de los círculos
donde se sostienen rostros del mañana...
Masticando mis entrañas
explorando la cava de mis venas...

Estoy aquí
Suponiendo mis propias pesadillas
Tejiendo telarañas para moscas poetas.
Suspendido entre dos manos de cera
Me acarician el rostro con tal delicadeza
que no logran derretirse ni al besarlas.

Navego y pierdo el rumbo
Me azota el esqueleto esta marea
Se me agota el pensamiento
En oleadas de palabras marítimas.
Frente a mí, que aquí estoy,
se extiende el horizonte de los locos
Ya entono la canción de los piratas
Enamorado del mar,
Víctima del viento,
arrojado a la soledad
del azul desierto.

Estoy aquí
Trepado en el barco ebrio
Único tripulante solitario
Con la mirada ciega de sal
Con la mano izquierda cerrada
Comiéndome mi puño derecho.
Marinero, capitán y polizonte

Aquí estoy
Emprendiendo un viaje sin retorno
Hacia el doblés final del mundo
Caerá la barca hacia lo absurdo,
Ya no podré decir que aquí estoy
Sino que estuve.

jueves, 20 de enero de 2011


Vuelvo a escribirle a las columnas de fuego
negras como ojos insondables
lanzan sus miradas vastas sobre las calles,
nos ahogamos en sus parpadeos
intoxicados por sus pupilas
enfermos estamos de sus miradas
sus lágrimas nos llenan los pulmones
lágrimas de miasmas del sexo de la tierra.
Mutilan nuestros propios sexos con sus ojos
nos cuelgan como ganados
temblor de cuerpos inocentes
encolerizados hasta hervir su sangre
y su sangre brota
a chorros, a ríos
ríos para desiertos que nunca florecen
desiertos por ese ojo que todo lo marchita.

Vuelvo a escribirle a los amos del acero
aquellos que dirigen la orquesta de las marchas fúnebres,
que enseñan el llanto a las madres
colocando nudos en las gargantas de tantos amantes.
Hago sus discursos tiránicos
y evasivos
que blanden sobre las espaldas
frágiles de aquellas que nacieron marcadas
para ser carne de la tierra sedienta
desértica y marchita
de tantas palabras vacías...
Mientras escribo ellos, los amos de las cuerdas,
van cegando otros ojos con mis propias palabras.

Vuelvo a escribirle a los patíbulos
donde se ejecutan mujeres sólo por el pecado de su sexo,
una a una las entierro en mi patio
crecen oscuras hierbas sobre sus tumbas
y las piedras tiemblan, agitadas
por sus gritos silenciados por la bala impune.

Vuelvo a escribirle a las nadie
a las cifras astronómicas de muertas
como si murieran de repente
las sorprendiera la muerte como un beso.
Pero yo he visto sus ojos
y el terror que las mata,
he visto sus cuerpos arrojados del estómago de las calles
expuestas, sin más humanidad que la mirada
que evitamos dirigirles.
Escribo sobre las camas que ya no calientan
y ofrecen un cuerpo frío
a las lenguas blancas de los ataúdes.
Escribo sus epitafios
justo después de su nombre, siempre anónimo.

Vuelvo a escribir para que no se olvide
que aún hay terror en el mundo.