sábado, 5 de junio de 2010

Alejandra

Alejandra

Conocí tus brazos como el naufrago a la orilla,
Con los ojos hinchados de llanto,
Llanto del mar y sus espumas temibles.

En el templo de tus piernas se irguió lo sublime,
Y me derretía, musa, me derretía en tus alaridos,
Que lanzaban cometas al firmamento
Y destrozaban el espejo del olvido.

Ya no supe distinguir, mi piel de tus latidos,
Frontera inexistente, éramos un solo ser,
Separados al punto, con el llanto del amanecer
en los ojos,
conocimos por primera vez, la belleza.

La belleza que se extiende en tu vientre de playa,
En el aroma intenso de la selva de tu sexo,
Suave música de jazz, bella como tus ojos,
Emanaba de tus movimientos lentos.

La belleza construyó tus brazos,
Prisiones dichosas, trampas certeras;
Y se extendió en tu espalda,
Planicie vasta, donde cayó la lluvia
De mi mirada.

Conocimos el canto del cosmos,
Sus vibrantes estelas siderales, nos acariciaron,
Nos lanzaron sus fulgores extáticos
Y yo pude ver a Dios entre tus ojos.
Reaprendí el mundo en tus besos,
Toda la poesía se contuvo en tu mirada,
Palpé lo insólito en tu piel de éter,
y se redujo el lenguaje a tu grito.

¿Qué verso tejo en estas líneas?
Si no hay poesía que te contenga,
Si no hay palabra que te defina,
Eco que te imite,
Ola que te alcance,
Luz que no se oscurezca ante ti,
Viento que te conozca,
Horizonte que no se desdoblé,
Agua que no corra de ti,
Mar que no tenga su frontera en tu cuerpo
Aroma más intenso que tu boca,
Relámpago que no sea tu risa
Y un amanecer que sea tu mirada.

Rendido ante todas tus imágenes,
Desfilan frente mí todas tus réplicas:
Alejandra luz de lluvia,
Alejandra que construye el alba,
Alejandra tropicalidad de las tormentas,
Alejandra aliento de los ángeles,
Alejandra risa de las partículas del tiempo,
Alejandra mirada del horizonte azul,
Alejandra fragilidad del pétalo,
Alejandra liviandad de la penumbra,
Alejandra adioses del relámpago,
Alejandra suave, como la ira de Dios,
Alejandra inmensa como el silencio,
Alejandra color del quinto sol,
Alejandra esquirla del sueño,
Alejandra ojos de la noche,
Alejandra oasis del lenguaje,
Alejandra espina de la nube,
Alejandra que monta las tormentas,
Alejandra huracán de los ayeres,
Alejandra perplejidad de los astros,
Alejandra órbita de los planetas,
Alejandra ruta de los cometas,
Alejandra supernova,
Alejandra profundidad del infinito,
Alejandra absurdidad,
Alejandra caudal de todo sentido,
Alejandra… toda la que no eres tú.

Fuera del naufragio de tu cuerpo,
Arrojado al mundo
Me dejaste tu poema entre los labios,
Me dejaste tu nombre en las pupilas,
Y tu beso, grabado en el silencio.

4 comentarios:

Megara900 dijo...

En particular me parece Alejandra un nombre bonito...

y ponerme a deshojar el poema en partes preferidas es un crimen, pues me ha gustado todo, esa enumeración infinita de la belleza que encontramos en lo amado

esa es nuestra pobre labor de ir retratando pasados, ecos que nunca se parecerán a los que conocimos, pero entre todo eso, se tejen las más grandes obras de arte.

Mis más sinceros aplausos ojalá sigas escribiendo así siempre.

Poeta Nómada dijo...

Alejandra se ha vuelto en estos días, el nombre más hermoso del mundo. Pienso igual, que deshojar un poema es como desnudar a un huérfano, pero sin embargo siempre nos quedan frases en la punta de la lengua, que sentimos la necesidad de reconocer como propias, es cuando la poesía vive y palpita en nosotros. Porque el poema es de quien lo lee y de quien lo hace suyo.

Reptante dijo...

En verdad que hay momentos en que un dragón, un colibrí de fuego y una orquídea se ponen de acuerdo para moldearle a uno la estructura perfecta, el ángel perverso, la plegaria hecha mujer, el instante pedazo de eternidad. para que uno evoque a la poesía con la puntualidad, el arte, la magia con la que tú lo has hecho. En buena hora Alejandra ha inspirado un poema hermosísimo. De pronto hasta de connotaciones místicas. Me hizo recordar esos momentos finales de los rosarios católicos en que... bueno, ya sabes, místico.

Saludos Gerardo. Me da gusto que sigas teniendo la capacidad de mantenerme sorprendido. Eso habla muy bien de ti.

Poeta Nómada dijo...

Y es que uno tiene que ser tocado por lo sublime para escribir, escribo constantemente pero casi nada sirve, dos que tres frases que se me van acumulando entre las hojas d elibretas, en la computadora, en la mesa, en el cristal de mi cuarto, en mi espejo. Pero llega esta mujer, con ese elemento catalizador que es su mirada, y me destruye y en esa destrucción veo la belleza y no puedo hacer sino dar cuenta d elo visto, ahogarme en los versos que me susurra su piel.