domingo, 21 de diciembre de 2008

Alma Lápida



Alma Lápida

Llevando mis palabras a ese rincón oscuro
Como arrojadas por mi sentido confuso,
Ese instante fluorescente donde nada brilla
La respuesta que tintinea en mi mejilla.

Un ser plagado de lejanías yace aquí sepultado
Consumido, devorado, por la soledad tumbado,
En un momento de silencio me he encontrado,
Y para ocultar la verdad mi ser entorno he cambiado.

Soy aquel que no puede ver sin los lentes de la hipocresía,
El ser ajeno al dolor y muy indiferente ante el amor,
Ese capaz de consumirse en una sola noche de agonía,
Y renacer a la siguiente luna careciendo del temor.

Es poder degustar de todo en el mundo sin pagar nada,
Y poder sumergirse en ese eterno placer de la galanura,
Carecer de cuanta preocupación aqueja al alma humana,
Con el pretexto que arde nuestra herida y es profunda.

De pronto en el silencio completo en el que suelo sumergirme
Me he puesto a jugar con la realidad y las fantasías,
Mutándolas y transformándolas hasta hacerlas mías
Llegando a un grado de locura tal que no puedo arrepentirme.

Entonces no soy más que ese idiota atrapado en sí mismo,
Abstracto y a veces hasta agonizante ser invisible
Con esa capacidad de adaptabilidad mutable,
Que me lleva a sumergirme en lo más profundo de ese abismo.

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